domingo, 7 de agosto de 2016

NOTAS FINALES INVIERNO - 2016

NOTAS FINALES INVIERNO 2016

NOMBRES 1er Parcial 25% 2do Parcial 25% Evaluación Final 30% 1er Ensayo 3% 2do Ensayo 3% FVH          14% Nota Semifinal Nota       Final
1 Baltazar Baltazar Arturo 18 21 6 3 3 14 59 65
2 Barrionuevo Pacari Marisol 15 21 23 3 3 14 56 79
3 Condori Tito Jimena 20 21 9 3 3 10 57 66
4 Claure Herrera Anel 20 21 12 3 0 10 54 66
5 Llanos Mamani Marina 15 21 15 3 3 14 56 71
6 Mamani Churata Betza 20 21 15 3 3 14 61 76
7 Mamani  Jimenez Marlene 18 21 15 3 3 14 59 74
8 Mayta Falcon Daniela 23 20 21 0 0 5 48 69
9 Mollisaca Mamani Pablo 18 20 21 3 3 5 49 70
10 Pati Limachi Alberto 15 21 21 3 3 10 52 73
11 Ramirez Rivera Juan Carlos 20 21 24 3 3 14 61 85
12 Sarzuri Herrera Brigida 23 20 6 3 3 5 54 60
13 Silva Peña Luis Daniel 15 20 18 3 3 5 46 64
14 Sorzano Pabon Alicia 23 21 15 3 3 10 60 75
15 Ticona Nina Emma Clara 20 21 12 3 3 10 57 69
16 Terrazas Rueda Julio 25 20 15 3 3 5 56 71
17 Tiñini Vallejos Freddy 25 21 15 3 0 10 59 74
18 Villazante Choque Dante 25 21 21 3 0 10 59 80
19 Zambrana Urquizo Carlos 18 20 21 0 3 5 46 67

miércoles, 3 de agosto de 2016

CAPITULO V

CAPITULO V

PRODUCCIÓN DE FORRAJE VERDE HIDROPÓNICO

El forraje verde hidropónico (FVH) es una tecnología de producción de biomasa vegetal que se obtiene a partir de la germinación y crecimiento de semillas de cereales. El FVH es de alta digestibilidad, calidad nutricional y es apto para la alimentación animal.

El FVH se produce en ausencia del suelo y en condiciones protegidas donde se controlan algunas variables ambientales (luz, temperatura y humedad). Usualmente se utilizan semillas de maíz, avena, cebada, trigo y sorgo. La producción del FVH es una de las derivaciones prácticas que tiene el uso de la técnica de los cultivos sin suelo o hidroponía.

El proceso se realiza en contenedores de plástico rígido (charolas) por un periodo de entre 10 y 14 días, con riegos de agua hasta que los brotes alcancen un largo de 3 a 4 cm; a partir de ese momento, se continúan los riegos con una solución nutritiva con el fin de proporcionarle los nutrimentos necesarios para el óptimo crecimiento del forraje. Con esta producción se obtiene en corto tiempo un alimento de alta sanidad y calidad nutricional para el ganado, en cualquier época del año y localidad geográfica, siempre y cuando se establezcan las condiciones mínimas necesarias para ello.

La tecnología de FVH es complementaria y no competitiva con la usada en la producción convencional de forraje. El FVH es una alternativa para la alimentación de animales como bovinos, caprinos, ovinos, equinos, porcinos, aves, entre otros; y es especialmente útil en periodos de escasez de forraje verde.

Ventajas del FVH

Las ventajas del sistema de producción de forraje verde hidropónico son:

Ahorro de agua. Al utilizar el sistema de producción FVH la pérdida de agua por escurrimiento superficial, infiltración y evapotranspiración es mínima comparada con la producción convencional de forraje. La técnica del FVH emplea menos de dos litros de agua para producir un kg de forraje, lo que equivale a 8 litros para promover un kg de materia seca de FVH (considerando un 25% de materia seca del FVH), cantidad notablemente menor a los 635, 521, 505, 372 y 271 litros de agua por kg de materia seca producida de avena, cebada, trigo, maíz y sorgo respectivamente, cultivados a campo abierto.

Menor costo de producción y eficiencia en el uso del espacio. En general, el costo de producción de FVH es 10 veces menor comparado con la producción de cualquier forraje en espacios abiertos. El sistema de producción de FVH puede ser instalado en forma modular en sistema vertical lo que optimiza el uso del espacio útil por metro cuadrado. Se ha estimado que 170 m2 de instalaciones con bandejas modulares en 4 pisos para FVH de avena son equivalentes a 5 hectáreas con producción convencional de forraje de la misma especie.

Eficiencia en el tiempo de producción. La producción de FVH tiene un ciclo de 10 a 14 días. En algunos casos, por estrategia de manejo interno de los establecimientos, la cosecha se realiza después de los 14 días, a pesar de que el óptimo definido por varios estudios ha mostrado que la cosecha no debería extenderse más allá del día 12, debido a que a partir de ese día el valor nutricional del FVH disminuye.

Calidad del forraje. El FVH es un alimento suculento de aproximadamente 20 a 30 cm de altura (dependiendo del periodo de crecimiento) y de adecuada aptitud comestible para los animales. Su valor nutritivo deriva de la germinación de las semillas. El FVH es rico en vitaminas, especialmente la A y E, contiene carotenoides que varían de 250 a 350 mg por kg de materia seca (MS), posee una elevada cantidad de hierro, calcio y fósforo, su digestibilidad es alta puesto que la presencia de lignina y celulosa es escasa.

Inocuidad. El FVH producido en condiciones adecuadas de manejo representa un forraje limpio e inocuo sin la presencia de plagas ni enfermedades. Con el FVH los animales no comen hierbas o pasturas indeseables que dificulten o perjudiquen los procesos de metabolismo y absorción.

Desventajas del FVH

Las principales desventajas de producción de FVH son las siguientes:

Desinformación y falta de capacitación. En la producción de FVH se debe considerar la especie forrajera y sus variedades, su comportamiento productivo, plagas, enfermedades, requerimientos de agua, nutrientes, condiciones de luz, temperatura, humedad relativa, entre otros. Asimismo, la producción de FVH es una actividad continua y exigente en cuidados diariamente, por lo que la falta de conocimientos e información pueden representar desventajas para los productores.

Costos de instalación. Algunos autores mencionan como desventaja el costo de instalación, sin embargo, se ha demostrado que utilizando estructuras de invernaderos de bajo costo (tipo túneles), se pueden obtener excelentes resultados.

Bajo contenido de materia seca. En general, el FVH tiene bajo contenido de materia seca, lo que se resuelve agregando diversos rastrojos o alimento concentrado para complementar la ración en la alimentación del ganado.

Como se puede apreciar, al comparar las ventajas con las desventajas imperan las ventajas, sobre todo por la posibilidad de producir forraje inocuo en corto tiempo, con menor cantidad de agua y en menor espacio.

Factores que influyen en la producción de FVH

Calidad de la Semilla. El éxito del FVH inicia con la elección de una buena semilla, tanto en calidad genética como fisiológica. Si bien todo depende del precio y de la disponibilidad, la calidad no debe ser descuidada. La semilla debe presentar como mínimo un porcentaje de germinación de 90% para evitar pérdidas en rendimiento.

Iluminación. En ausencia de luz la fotosíntesis se ve afectada negativamente, por lo que la radiación solar es básica para el crecimiento vegetal, y en consecuencia, en el rendimiento final. En términos generales, un invernadero con cubierta plástica que proporcione 50 % de sombreo es suficiente para la producción de FVH.

Temperatura. La temperatura es una de las variables más importantes en la producción de FVH, por lo que se debe efectuar un adecuado control de la temperatura. La producción óptima del FVH se sitúa entre los 21 y 28 centígrados.

Humedad. La humedad relativa en el interior del invernadero es muy importante. Ésta no debería ser menor a 70 %. Valores de humedad superiores a 90 % sin adecuada ventilación pueden causar graves problemas fitosanitarios debido enfermedades fungosas difíciles de eliminar, además de incrementar los costos operativos. La excesiva ventilación y baja humedad relativa, provoca un ambiente seco y disminución significativa de la producción por deshidratación del forraje.

Calidad del agua de riego. La calidad de agua de riego es otro de los factores importantes en la producción de FVH. La condición básica que debe presentar un agua para ser usada en sistemas hidropónicos es su potabilidad. Puede ser agua de pozo, agua de lluvia o agua de la llave. Si el agua disponible no es potable, se podrían tener problemas sanitarios por lo que se recomienda realizar un análisis microbiológico para usar el agua de manera confiable. Es recomendable realizar un análisis químico del agua, y con base en ello, formular la solución nutritiva, así como evaluar algún otro tipo de tratamiento que tendría que ser efectuado para asegurar su calidad (filtración, acidificación, etc.).

pH del agua de riego. El valor de pH del agua de riego debe oscilar entre 5.5 y 6.0 y salvo raras excepciones como son las leguminosas, que pueden desarrollarse hasta con pH cercano a 7.5, el resto de las semillas empleadas en la producción de FVH, no se comportan eficientemente por arriba de 7. Para favorecer la disponibilidad y absorción de los nutrimentos se recomienda que el pH de agua de riego sea de 5.5 a 6.5.

Conductividad eléctrica del agua y de la solución nutritiva. La conductividad eléctrica (CE) del agua indica cual es la concentración de sales en una solución. Su valor se expresa en deciSiemens por metro (dS·m-1) y se mide con un conductímetro previamente calibrado. Un rango óptimo de CE de una solución nutritiva estaría en torno a 1.5 a 2.0 dS·m-1. Por lo tanto, aguas con CE menores a 1.0 dS·m-1 serían aptas para preparar la solución nutritiva.

Proceso de producción de forraje verde hidropónico (FVH)

Selección de las especies utilizadas en FVH.

Generalmente se utilizan semillas de cebada, avena, maíz, trigo y sorgo. La elección de la semilla depende de la disponibilidad local y de su precio. La producción de FVH con semillas de alfalfa no es tan eficiente como en los granos de gramíneas debido a que su manejo es delicado y los volúmenes de producción obtenidos son similares a la producción convencional.

Selección de semilla. Se debe emplear semilla de excelente calidad, de origen conocido, adaptadas a las condiciones locales, disponibles y de probada germinación y rendimiento. Se pueden usar semillas de cereales que se producen a nivel local. Es conveniente que las semillas se encuentren libres de piedras, paja, tierra, semillas partidas que podrían ser fuente de contaminación, semillas de otras plantas y fundamentalmente saber que no hayan sido tratadas con agroquímicos. En este sentido, se debe evitar el empleo de semillas que se destinan para siembra (certificadas) puesto que tienen un tratamiento que incluye fungicidas e insecticidas, si bien esto favorece la germinación, tiene un inconveniente, los residuos de pesticidas pueden generar problemas en la alimentación del ganado. Se sugiere sembrar la F2 de esas semillas, es decir, se puede sembrar la semilla que se cosecha de las semillas híbridas.

Lavado y desinfección de semillas. Las semillas se deben lavar y desinfectar (Figura 1B), con una solución de hipoclorito de sodio al 1% (10 mL de hipoclorito de sodio por cada litro de agua). El lavado y desinfección tiene por objeto eliminar hongos y bacterias contaminantes, liberarlas de residuos y dejarlas limpias. El tiempo que se dejan las semillas en la solución de hipoclorito, no debe ser menor a 30 segundos ni exceder los tres minutos. Sumergir las semillas por más tiempo en la solución desinfectante puede perjudicar la viabilidad de las mismas causando importantes pérdidas de tiempo y dinero. Una vez que se termina de lavar se procede a enjuagar las semillas de manera vigorosa con agua limpia.

Pre-germinación (remojo de las semillas). Esta etapa consiste sumergir completamente las semillas por un periodo no mayor a 24 horas para lograr una completa imbibición (Figura 1C). Este tiempo se divide en 2 periodos de 12 horas cada uno. A las 12 horas de estar las semillas sumergidas se sacan para escurrirlas durante 1 hora. Después, se sumergen nuevamente por 12 horas, para finalmente escurrirlas por última vez. Mediante este fácil proceso se induce la rápida germinación de la semilla. Esta pregerminación asegura un crecimiento inicial uniforme del FVH. Cambiar el agua cada 12 horas facilita y ayuda a una mejor oxigenación de las semillas.

Siembra y densidad. Las densidades óptimas por metro cuadrado oscilan entre 2.2 a 3.4 kg de semillas. Para la siembra, se distribuirá una delgada capa de semillas pre-germinadas, la cual no debe ser mayor a 1.5 cm de altura o espesor (Figura 1D).


Germinación. Después de la siembra, las semillas se cubren con papel periódico (Figura 2A) para proporcionar condiciones de semioscuridad y se moja con la finalidad de generar alta humedad y temperaturas óptimas para favorecer la germinación y el crecimiento inicial. Una vez detectada la germinación de las semillas se retira el papel (Figura 2B).

Riego. El riego de las bandejas de crecimiento del FVH puede realizarse a través de micro aspersores, nebulizadores (Figura 2C) o con una bomba aspersora portátil (mochila de mano). El riego por inundación no es recomendado dado que causa excesos de agua que provocan asfixia radicular, ataque de hongos y pudriciones que pueden causar inclusive la pérdida total del cultivo. Al principio (primeros 4 días), no deben aplicarse más de 0.5 litros de agua por metro cuadrado por día hasta llegar a un promedio de 0.9 a 1.5 litros por metro cuadrado. El volumen de agua de riego se aplicará de acuerdo a los requerimientos del cultivo y a las condiciones ambientales del invernadero. Recomendar una dosis exacta de agua de riego según cada especie de FVH resulta difícil, debido a que dependerá del tipo de infraestructura de producción disponible.

Es importante recordar que las cantidades de agua de riego deben ser divididas en varias aplicaciones por día. Es recomendable dividir el volumen diario de riego en 6 ó 9 veces en el transcurso del día, con una duración menor a 2 minutos.

El agua a usar debe estar convenientemente oxigenada, por lo tanto los mejores resultados se obtienen mediante el sistema de riego por aspersión o nebulización.

Riego con solución nutritiva. Cuando aparecen las primeras hojas, al cuarto o quinto día después de la siembra, se comienzan a aplicar riegos con solución nutritiva.

Cosecha y rendimiento. La mayor riqueza nutricional de un FVH se alcanza en los días 7 y 8 después de la siembra, por lo que el mayor volumen y el rendimiento deben ser valorados con la calidad, dado que el factor tiempo es un elemento negativo en términos de una producción eficiente.

En términos generales, de 10 a 14 días es el periodo óptimo de cosecha del FVH; sin embargo, en función del requerimiento de forraje, se puede cosechar antes o después. La cosecha del FVH comprende el total de la biomasa que se encuentra en la bandeja o franja de producción (Figura 2D). Esta biomasa comprende a las hojas, tallos, el abundante colchón radicular, semillas germinadas y no germinadas. Lo anterior forma un solo bloque alimenticio, el cual es fácil de sacar y de entregar a los animales en trozos, desmenuzado o picado. Se recomienda utilizar el FVH recién cosechado, aunque no existen problemas sanitarios de conservación por dos o tres días, salvo el asociado a un descenso de la calidad nutricional.

La conversión de semilla a pasto aproximadamente es de un kg de semilla por siete kg de forraje, y por su valor nutritivo, un kg de FVH reemplaza entre 3.1 y 3.4 kg de alfalfa verde. Alimentación de ganado con FVH. En el Cuadro 1 se presentan las dosis recomendadas de FVH en función de la especie animal.


                                          



Cuadro 1. Dosis recomendadas de FVH en función de la especie animal.



Fuente: FAO (2001).

CAPITULO IV

CAPITULO IV

CONSERVACIÓN DE FORRAJES

INTRODUCCIÓN

Desde la antigüedad siempre hubo la necesidad de utilizar alimentos frescos, en la escasez, preservando sus alimentos. La conservación es la prolongación o mantener el alimento a través del tiempo, hasta el momento de su utilización mediante el uso de técnicas de conservación para el periodo seco.

No cabe duda que la explotación agropecuaria rentable es aquella donde se utilizan todos los recursos disponibles en forma racional para producir de forma sostenible durante todo el año, aprovechando los métodos de conservación de forrajes para el suministro al ganado en épocas de escasez.

Aún cuando los climas varían entre los países en términos generales se caracterizan por alternar estaciones lluviosas y secas. Por consiguiente el ganado tendrá en abundancia alimento en época lluviosa y pasará hambre en época seca. Es por esta razón que el ser humano se ha dado modos para lograr conservar los forrajes, sin que estos sufran deterioro en cuanto a su presentación y su calidad alimenticia.

La razón por la cual los productores deben conservar forrajes es aumentar la producción a un bajo costo adicional que significa la conservación. El productor dispone actualmente de los siguientes sistemas de conservación:
                     
                    - Henificación.
                    - Ensilaje.

Es innegable que cada una de las formas de conservación indicadas poseen sus ventajas e inconvenientes y es en última instancia el productor quien debe decidir por la técnica que más conviene a su explotación.

HENIFICADO

La henificación fue el primer proceso desarrollado por el hombre para conservar parte de los forrajes verdes sobrantes en la época de lluvia con el fin de utilizarlos durante los meses secos, es decir en los meses de escasez de pastos o forrajes verdes.

El objetivo de la henificación es reducir el contenido de agua de los forrajes lo más rápidamente posible para que puedan almacenarse en grandes cantidades antes de que se presente una fermentación o que presente hongos por la humedad. La henificación debe realizarse de tal manera que el forraje no pierda sus elementos nutritivos, no decolore y haya una mínima pérdida de hojas.

La principal dificultad de la henificación radica en hacer disminuir rápidamente el contenido de agua, con el fin de eliminar las células vegetales antes de que la respiración y las fermentaciones consuman las reservas nutritivas de la hierba.
HENO

Heno, término que se aplica a las plantas herbáceas que se usan para elaborar alimentos curados para el ganado. Las herbáceas más características para la elaboración de este producto son gramineas, o las leguminosas como la alfalfa y el trébol.

El heno se seca para impedir su deterioro. El secado cuidadoso es necesario para una conservación eficaz, aunque si éste es excesivo puede tener como resultado la pérdida de proteínas. El secado puede realizarse de tres modos: en el propio campo, en henares, o por deshidratación artificial. El heno que ha de secarse en los campos se corta por la mañana en cuanto se haya evaporado el rocío.

Se dispone después en hileras en cuanto las hojas empiezan a marchitarse. Estas hileras se voltean con horcas al día siguiente para permitir que el heno se seque de forma uniforme y, si el clima es favorable, puede quedar listo para su almacenamiento por la tarde. A continuación se almacena en un henar o se forma un gran montón con él en el exterior, llamado almiar. El heno bastante seco contiene el 20% de humedad aproximadamente. El heno recogido en el henar se seca en parte en el exterior y más tarde se introduce en una cortadora, donde se completa el secado haciendo pasar aire caliente a través de él. En el caso de la deshidratación artificial, el heno se retira del campo nada más cortado o cuando empieza a languidecer. Por último, se corta al tamaño adecuado y se hace pasar por una cámara de aire caliente que hace que la humedad se evapore con rapidez.

Se define como heno de alta calidad:

-        Aquel forraje libre de malezas, secado bajo condiciones tales que no haya pérdida de hojas por manipulación

-         Aquel que no tenga deterioro en la materia seca y contenido de nutrientes

-        Aquel en el que no ocurra el desarrollo de hongos

-        Aquel en el que no haya pérdida de color verde natural y palatabilidad del cultivo original

-        Aquel en el que no haya pérdida de una fragancia deseable.

Pasos para realizar el Henificado:

Corte del forraje

El forraje recién cortado generalmente contiene 70 a 80 % de humedad. El contenido de humedad debe reducirse a 20 o 25 % o menos antes de su almacenaje. Poco después de comenzado el almacenaje este contenido debe ser de 15 a 18 % para evitar un deterioro serio en la calidad, pérdida de nutrientes y peligro de combustión espontanea. El heno puede enfardarse con contenidos de 18 a 25 % de humedad.
El corte puede efectuarse en las mañanas, pero no antes de que se seque el rocío. Debe cortarse la cantidad que se pueda trabajar apilando o enfardando en la tarde o mañana, de acuerdo a la disponibilidad de personal para realizar esta labor.

Formación de hileras de heno.

La formación de hileras para facilitar un secado adecuado. Para esto se junta el forraje cortado, en hileras o en pilas. El secado en hileras evita el excesivo resquebrajamiento del forraje secado.

Pruebas para determinar el contenido de humedad

El contenido de humedad puede estimarse torciendo un pequeño atado de hojas y tallos:
-        Si se puede exprimir líquido de los tallos ya sea con facilidad o difícilmente, significa que esta demasiado húmedo.

-        Si no puede estrujar líquido y si el atado se puede doblar sin que se rompa, tiene aproximadamente un 25 % de humedad y está listo para apilarse. El heno debe secarse más en el proceso.

-        Si se quiebran algunos tallos cuando se dobla el atado, está listo para enfardarse y apilarse.

-        Si se quiebra el atado puede almacenarse con seguridad.

Enfardado del heno

La enfardadora es una caja con una prensa para comprimir el heno. Se distribuye una capa de heno en forma pareja dentro de la caja y luego se aplasta con la prensa, esto se repite capa por capa hasta que la caja esté llena y se haya formado un fardo. Se amarra el heno fuertemente mientras está en la caja y luego se retira el fardo. Los fardos se dejan secar en el terreno por unas horas antes de almacenarlos.

Almacenaje del heno

Los fardos amontonados deben protegerse de la lluvia. Se pueden almacenar en galpones o depósitos cubiertos por techos o cualquier material impermeabilizante para cubrirlos. También se los puede almacenar en graneros u otro tipo de cobertizo.

El heno debe almacenarse por orden de fabricación y ser utilizado en este mismo orden estrictamente, pues se ha comprobado que en períodos de más de 3 meses de almacenamiento, aún en buenas condiciones la calidad disminuye considerablemente.



Perdidas de nutrientes durante la henificación

Las pérdidas de elementos nutritivos durante el proceso de henificación se deben a: Cambios químicos, cambios físicos y acciones mecánicas

Cambios químicos

Durante el secado natural de la planta se producen en la misma, transformaciones químicas, originadas por el ataque de microorganismos a los tejidos vegetales, la respiración celular, las radiaciones solares y el oxígeno del aire.

Los cambios más importantes se producen en los hidratos de carbono, una cierta cantidad de ellos se quema durante el proceso de la respiración celular, produciendo anhídrido carbónico y vapor de agua, mientras que otra parte es reducida a sustancias más simples por acción enzimática.

Las proteínas sufren también una simplificación molecular, dando origen a elementos solubles que pueden ser eliminados de los tejidos vegetales por acción del agua de lluvia.

El efecto del proceso de secado sobre las vitaminas o sus precursores es también importante.

La vitamina A, como tal, no existe en la planta, pero si existe su precursor, el caroteno. Este se oxida fácilmente y pierde su capacidad de transformación en vitamina A.

La velocidad de descomposición del caroteno es aumentada por la temperatura, humedad y acción fotoquímica del sol, lo que hace que la perdida de caroteno durante la henificación natural del forraje, es considerable.

Con respecto al ergoesterol o provitmina D, una larga exposición a las radiaciones solares facilita su transformación en vitamina D, pero esta técnica no es recomendable por la destrucción del caroteno y la disminución, en general, de la calidad del heno.

Cambios físicos

En este grupo de pérdidas, la de mayor importancia es la producida por la acción del agua de lluvia que extrae por lixiviación la mayor parte de las sustancias solubles de la planta.

La lluvia puede causar mucho daño cuando el cultivo está parcialmente seco y las células han perdido la capacidad de impedir el libre pasaje del líquido celular. Cuando se trata de cortes recientes, los daños no son tan pronunciados.

Este tipo de pérdidas es muy importante, pues por tratarse de sustancias solubles, poseen una elevada digestibilidad.
Acciones mecánicas

Existe una gran diferencia entre la velocidad de secado de tallos y hojas. Frecuentemente las hojas están mas secos que se rompen antes que los tallos reduzcan su contenido de humedad a un valor que permita almacenarlo con seguridad.

Cuando el heno se encuentra en condiciones para su almacenaje, debe tratarse con sumo cuidad para evitar el desprendimiento de las hojas. No se debe olvidar que la hoja es la parte más rica de la planta, no sólo acumula la mayor parte de sus proteínas, vitaminas y minerales, sino que también sus constituyentes son los más digestibles, lo que hace que la pérdida real de nutrientes sea mayor que la que podría suponerse, a primera vista, por el valor expresado en materia seca.

El uso inadecuado o excesivo de implementos tales como el rastrillo, pueden conducir a una elevada pérdida de hojas y por ende a un producto de baja calidad.

Pérdidas durante el almacenaje

Las pérdidas durante el almacenaje dependen en buena medida del grado de humedad del heno.

LA CALIDAD DEL HENO

La calidad del heno depende fundamentalmente de la especie de planta utilizada, de su grado de madurez, de la técnica utilizada por el operador y del cuidado que se pone durante la cosecha del material.

Por otra parte, existe una relación estrecha entre el tiempo de permanencia del forraje en el campo durante su secado y la pérdida de calidad del mismo.

Para la alfalfa el momento de corte más indicado, es el de comienzo de floración. Es este estado, si bien no se logra el mayor rendimiento en materia seca del cultivo, la calidad del heno así obtenido es muy superior al correspondiente a un estado de madurez avanzada. Una de las razones que confirma lo dicho es que al estado de madurez temprana la planta posee un mayor número de hojas y más fuertemente adheridas al tallo, lo que reduce la pérdida de las mismas durante la cosecha.

Es imprescindible realizar un buen curado del heno y evitar henificar un cultivo muy enmalezado si se quiere obtener un alimento apetecible por el animal.

En términos generales puede decirse que un heno excelente es aquel que:  
 
-    Conserva en buena medida su color verde

-    Posee muchas hojas y tallos finos

-   No contiene malezas ni cuerpos extraños.


FACTORES QUE AFECTAN A LA CALIDAD DEL HENO

Como el 98 % del heno normalmente producido, es consumido por animales rumiantes, se puede llegar a la conclusión de que la mayor parte de este heno contribuye fundamentalmente a proporcionar energía. La cantidad total de energía, es el producto de la cantidad de materia seca consumida, por la concentración de la energía en la materia seca. Por lo tanto, la calidad del heno estará determinada por aquellas características que influyen en:

1)       La cantidad de materia seca que los animales pueden consumir voluntariamente.

2)       El valor de la energía que obtenga el animal, por cada unidad de alimento consumido, en peso.

Entre las condiciones o características más importantes que se sabe que afectan a la calidad del heno, figuran:

1)    La época del ciclo vegetativo y la fase de crecimiento en que se recolecta el forraje, por ejemplo la edad de la planta, cuando más joven tenemos mayor valor nutritivo o mejor calidad de heno conservado.

2)    Si el forraje corresponde a un crecimiento inicial (es decir, que no ha sido pastado ni segado anteriormente en el mismo ciclo) o si se trata de un rebrote.

3)    La proporción de hojas en el forraje

4)    El grado en que el forraje segado haya sido perjudicado por las condiciones climatológicas o por su manipulación

5)    La forma física en que se suministre

6)    La especie forrajera de que se trate.

ÍNDICE DE LA CALIDAD DEL HENO

Las pruebas o índices de la calidad del heno, basadas en apreciaciones sensoriales, tienen muy poco valor. Aunque el aspecto a la vista, el sabor, el olor y el tacto de los henos, parecen ser base lógica de criterio para apreciar la calidad, no se ha comprobado que estas características determinen la preferencia por los animales ni influyen en sus respuestas.

ENSILADO

Ensilado, forraje preservado y almacenado para disponer de un alimento nutritivo para el ganado durante el invierno. El contenedor grande, redondo, de ladrillo o metálico en el que se almacena el forraje recibe el nombre de silo.
La adecuada conservación del ensilado depende de la fermentación controlada del forraje verde en el silo; la regulación precisa de la aportación de aire y de la temperatura es de gran importancia para la obtención de un forraje altamente nutritivo. Es posible añadirle una serie de nutrientes, como almidones y azúcares, durante la fermentación, tanto para acelerar el proceso, como para aumentar el valor nutritivo del producto. Los silos son generalmente considerados los contenedores más eficaces para lograr una masa compacta en la que sea posible controlar minuciosamente la circulación del aire y la humedad. Dos versiones menos eficaces son el silo de trinchera, que no es más que una excavación revestida de cemento, y el silo de tipo búnker, una cámara de ladrillo o madera construida sobre el suelo.

El ensilaje es un método de conservación de los forrajes en estado verde. El ensilado es el forraje que resulta del ensilaje, o sea de la fermentación de pasto o plantas forrajeras amontonadas, comprimidas y en condiciones anaeróbicas y protegidas del agua ya sea en silos cerrados o abiertos.

La producción de ensilaje tiene muchas ventajas en los ambientes tropicales húmedos. Debido a que los cultivos se retiran del terreno y se ponen en el silo poco después de cortados.

El forraje verde empacado en un silo hermético consume oxigeno y libera calor y agua. La temperatura de la masa sube gradualmente no debiendo exceder de los 35 a 40 ° C. A medida que se consume el oxígeno, se activan las bacterias productoras del ácido láctico, lo cual reduce el pH de la masa. Cuando la acidez alcanza un pH de 3.5 a 4.0 la actividad bacteriana se detiene y el ensilaje se preserva.

Para un buen ensilado se debe considerar lo siguiente:

-        Entre más aire quede atrapado en el silo, mayor será el recalentamiento que ocurra en su interior.

-        Si el ensilaje se calienta demasiado puede dañarse o pueden quemarse muchas proteínas.

-        Una vez que se consume el oxígeno presente en la masa, el proceso debe detenerse, a menos que ingrese aire del exterior.

-        Si la producción de acidez es lenta debido a demasiado oxigeno el ensilaje resultante será de pobre calidad.

-        El ensilaje que tiene ácido butírico posee un olor desagradable.

El contenido de humedad del forraje es importante para determinar la naturaleza del proceso de fermentación. Si el contenido de humedad es demasiado bajo la fermentación no se puede detener, pues es difícil librar suficiente aire para hacerlo. Una humedad excesiva causa una fermentación pobre y prolongada.
El nivel recomendado de humedad para una buena formación de ensilaje es de 65 a 75 % de humedad.

También es importante picar el forraje verde. Esto facilita una buena compactación y la eliminación de oxígeno. También mejora la palatabilidad ya que el ensilaje es más fácil de consumir y masticar, esta es una ventaja pues permite convertir plantas de tallos duros en un alimento sano y palatable.

Un ensilaje de buena calidad debe tener:

* Olor ácido agradable

* Color amarillo - verde azulado

* No debe presentar desarrollo de hongos

* Textura húmeda pero no pastosa

* Un buen porcentaje del valor nutritivo, original del forraje verde

* Buen olor y sabor agradable para el ganado.

PASOS PARA REALIZAR EL ENSILAJE.-

Selección y preparación del silo:

El tipo de silo que se utilizará en la propiedad dependerá del tipo de terreno, el tamaño de la explotación, las condiciones económicas, el tipo de explotación, Las condiciones del medio ambiente. Se recomienda aquel que cumpla con ser económico y adecuado para la explotación que se tenga planeada.

Corte del forraje:

Los cultivos destinados a este propósito normalmente se cortan en la etapa de floración temprana. Se debe cortar el forraje cuando las plantas no están cubiertas de rocío porque en las horas de la tarde el forraje está seco. Se deben cortar las partes más frondosas y suculentas de la planta. Las gramíneas y leguminosas inmaduras y suculentas deben premarchitarse para que haya una adecuada fermentación.

Contenido de humedad:

La forma más práctica para probar la humedad consiste en hacer una bola de pasto cortado y picado, apretandolo con fuerza con las manos y luego soltarlo repentinamente. Se puede apreciar lo siguiente:

-        Si la bola se deshace y queda líquido en las manos, está demasiado húmedo y necesita marchitamiento.

-        Si la bola se desmorona lentamente y tiene algo de líquido, esta listo para ensilar.
-        Si la bola se deshace rápidamente en las manos, está seco y se debe agregar humedad, agua o melaza durante el apisonado. En caso de utilizar la melaza, debe prepararse para adicionarlo diluyéndola en agua de la siguiente manera: 1 litro de melaza para 9 litros de agua. La aplicación se hace en forma homogénea utilizando una regadera, sobre cada capa a compactar del ensilado.

Marchitamiento:

Se requiere cuando el forraje verde está demasiado húmedo y en el caso de que la materia prima utilizada este inmadura y sea suculenta. El marchitamiento consiste en hacer secar previamente el material hasta que alcance el contenido de humedad apropiado. El cultivo estará con suficiente humedad cuando las hojas y tallos presenten apariencia lacia.

Picado del forraje:

Se debe picar el forraje para garantizar la buena compactación en el silo y se pueda eliminar la mayor cantidad de oxígeno para lograr una buena fermentación. Puede picarse el forraje en trozos pequeños de 2 a 4 cm que garantizan mejorar la calidad de las fermentaciones, la compactación y el consumo del ensilaje por los animales.

Llenado y compactación

El llenado del silo lo más rápidamente posible asegura la obtención de un ensilaje de alta calidad. En lo posible no debe transcurrir más de dos días para llenar el silo y entre las labores de llenado entre un día y otro debe mantenerse el material apisonado y cubierto para evitar el deterioro del material ensilado.

Cuando se compacta el silo el material debe quedar bien distribuido y bien apisonado dentro del silo. Se lo debe llenar capa por capa, es muy importante compactar los bordes pues alla es donde se forman las bolsas de aire.

Sellado del silo:

El silo debe cubrirse y sellarse para evitar la entrada del aire. Se puede utilizar polietileno tanto para las paredes del silo como para la cubierta de modo de hacerlo lo más hermético posible, en la parte superiror se lo cubre con tierra, con llantas vieja, o con otro material que sea pesada y ayude en la compactación del material ensilado.

TIPOS DE SILOS

Silo Trinchera

Este tipo de silo es una trinchera excavada en la tierra. Debe considerarse los siguientes factores:

Debe ubicarse lo más cerca posible del campo de cultivo. Ubicarse en laderas con buen drenaje, en suelos estables y sin filtración de agua. Los lados deben inclinarse hacia afuera. Las paredes deben estar revestidas con cemento o polietileno. La base de estos silos debe ser lo suficiente ancha para que la materia prima sea compactada por un tractor y haya suficiente campo para que se pueda maniobrar con facilidad dentro de este tipo de silo.

Silo Canadiense

Tiene las mismas características que el anterior, con la diferencia de estar construido sobre el suelo; las paredes pueden fabricarse de madera, concreto o de cualquier otro material que pueda ser sellado.

Silo Foso

Es un pozo cavado en el suelo, pueden ser redondos, cuadrados, rectangulares u otra forma. Los redondos son los más recomendados porque el ensilaje se acomoda de forma más uniforme y se evitan las esquinas donde se forman las bolsas de aire. Las paredes laterales deben ser rectas y lisas para evitar la formación de bolsas de aire, La profundidad no debe ser mayor a tres metros de altura. Debe buscarse lugares donde el suelo sea firme para evitar derrumbes en este tipo de silo.

DISTINTAS ETAPAS DEL PROCESO DE ENSILADO

Desde el momento que el forraje se incorpora al silo hasta el momento en que ya se ha transformado en silaje (4 a 5 semanas) pueden distinguirse dos etapas principales.

1)    respiración aeróbica

2)    respiración anaeróbica o fermentación

Respiración aeróbica

Durante el ensilado del forraje una cierta cantidad de aire atrapado en el silo, cuyo oxígeno es aprovechado por las células vegetales para respirar. En este proceso de respiración se oxidan los azucares y se libera anhídrido carbónico, vapor de agua y energía en forma de calor.

La actividad enzimática comienza en esta etapa. Ciertas enzimas contenidas en el forraje verde atacan los hidratos de carbono superiores y los transforman en azucares, mientras que otras degradan las proteínas a aminoácidos.

En presencia del oxígeno del aire los hongos y levaduras encuentran campo propicio para su desarrollo ocasionando daño en la masa ensilada. Su actividad va disminuyendo paulatinamente y en la medida que el aire va siendo reemplazado por el anhídrido carbónico que se produce en las transformaciones químicas que ellos originan.
Al cabo de unas pocas horas, todo el oxígeno es consumido y de no existir posibilidades de entrada de aire del exterior, la actividad de estos microorganismos se detiene y la temperatura del silo comienza a descender. Las células vegetales mueren se rompe su estructura, se libera el jugo celular y la altura del silo comienza a disminuir.

Respiración anaeróbica o fermentación

Propiamente dicha, en ausencia de aire, otros tipos de microbios se vuelven activos y el predominio de unos u otros depende de la composición química del forraje en el momento de su ensilado.

La actividad bacteriana deseable es aquella que produce rápidamente ácido acético y láctico al fermentar los azúcares. La acción bacteriana indeseable se debe a los microorganismos de la putrefacción y de la proteolisis, los que detienen su actividad cuando el pH de la masa ensilada alcanza al valor 4. Favoreciendo las condiciones óptimas de desarrollo de las bacterias lácticas, se acidificará el medio rápidamente con lo que se logrará reducir grandemente el daño del otro grupo de bacterias.

Después de cuatro o cinco semanas de comenzado el silo, todo el forraje se habrá convertido en silaje y su conservación dependerá de la acidez producida en su masa. Las principales especies bacterianas que pueden estar presentes, durante esta etapa del proceso de ensilado, pertenecen a tres familias distintas.

Familia
Tribu
Género
Especie
Lactobacillaceae
Streptococcaceae
Lactobacilleae
Streptococcus
Pediococcus
Leuconosioc
lactobacillus
Lactis
Cerevisiae
Mesenteroides
Plantarum
Casei
Brevis
Enterobacteriaceae
Escherichieae
Escherichia
Klebsiella
Aerobacter
Coli
Aerógenes
Aerógenes
Bacillaceae

Clostridium
Tyrobutyricum
Sporogenes
Los Lactobacillus plantarum y casei constituyen generalmente la mayor parte de la microflora total del ensilado, durante la fase más activa de la fermentación. La temperatura óptima de desarrollo es de 34 – 37 °C para L. Plantarum y 30 °C para L. Casei.
Estos acidificantes energéticos, transforman la mayor parte de los azúcares fermentables en omoácido láctico, por lo que se las considera bacterias homofermentativas.
Lactobacillus brevis abunda en los silajes de inferior calidad y su temperatura óptima de desarrollo es 30 °C. Pertenece al grupo de bacterias heterofermentativas por cuanto además de ácido láctico produce ácido acético y anhídrido carbónico.
Los restantes fermentos lácticos contribuyen a la produción de ácido láctico y se encuentran en gran cantidad cuando el pH es superior a 4.8.

Los coliformes abundan al principio de la fermentación y producen sobre todo ácido acético.

Escherichia coli es rara en el ensilaje pero particularmente importante en el intestino de los animales.

Las esporas de los Clastridíum están siempre presentes en el suelo y abundan en la hierba fresca. Su germinación se inhibe por un pH bajo y otras causas no bien conocidas. El desarrollo de estas formas corre paralelo con la desaparición del ácido láctico y la aparición de cantidades importantes de ácido butírico y de nitrógeno amoniacal. El Clostridium tyrobutyricum es poco proteolítico, produciendo ácido acético, acetona y alcohol butirico con desprendimiento abundante de gas carbónico e hidrógeno, usando para ello principalmente el lactato de calcio.

El Clostridium sporogenes es muy proteolítico pero no fermenta los lactatos, puede producir mucho amoniaco, aminas volatiles, hidrogeno sulfurado, ácido acético, butírico, valerianico, láctico y caproico y desdoblar los lípidos, en ácidos  grasos y glicerina. Todos estos productos contribuyen a dar un olor desagradable a los ensilajes. Gases tóxicos en el ensilaje de gramíneas y leguminosas

Algunas veces, se produce un gas tóxico durante los primeros días de almacenamiento, en los ensilajes de gramíneas y leguminosas. Esta formación de gas, se ha observado con mayor frecuencia  a causa probablemente del mayor uso de fertilizantes ricos en nitrógeno. Algunas plantas son capaces de almacenar en sus tejidos cantidades relativamente grandes de nitrógeno en forma nítrica. Las enzimas de las plantas y de las bacterias, transforman los nitratos en nitritos, después en oxido de nitrógeno, el cual se desprende de la masa del ensilaje. Al ponerse en contacto con el aire forma bióxido de nitrógeno que es un gas de color rojizo. Como este gas es más pesado que el aire se puede acumular en la chimenea de descarga del silo o en la base de este.

El gas citado es sumamente tóxico, cuando haya que volver a entrar en un silo que se lleno recientemente, se debe hacer funcionar el ventilador durante algunos minutos para dispersar el gas, o tomar otras precauciones para lograr una ventilación adecuada.