CAPITULO II
EL SUELO
ASPECTOS
INTERNOS DEL SUELO.
Es la cubierta superficial
de la mayoría de la superficie continental de la Tierra.
Es un
agregado de minerales no consolidados y de partículas orgánicas producidas por
la acción combinada del viento, el agua y los procesos de desintegración
orgánica.
Los
suelos cambian mucho de un lugar a otro. La composición química y la estructura
física del suelo en un lugar dado, están determinadas por el tipo de material
geológico del que se origina, por la cubierta vegetal, por la cantidad de
tiempo en que ha actuado la meteorización, por la topografía y por los cambios
artificiales resultantes de las actividades humanas.
Las
variaciones del suelo en la naturaleza son graduales, excepto las derivadas de
desastres naturales. Sin embargo, el cultivo de la tierra priva al suelo de su
cubierta vegetal y de mucha de su protección contra la erosión del agua y del
viento, por lo que estos cambios pueden ser más rápidos. Los agricultores han
tenido que desarrollar métodos para prevenir la alteración perjudicial del suelo
debida al cultivo excesivo y para reconstruir suelos que ya han sido alterados
con graves daños.
El
conocimiento básico de la textura del suelo es importante para los ingenieros
que construyen edificios, carreteras y otras estructuras sobre y bajo la superficie
terrestre. Sin embargo, los agricultores se interesan en detalle por todas sus
propiedades, porque el conocimiento de los componentes minerales y orgánicos,
de la aireación y capacidad de retención del agua, así como de muchos otros
aspectos de la estructura de los suelos, es necesario para la producción de
buenas cosechas.
Los
requerimientos de suelo de las distintas plantas varían mucho, y no se puede
generalizar sobre el terreno ideal para el crecimiento de todas las plantas.
Muchas
plantas, como la caña de azúcar, requieren suelos húmedos que estarían
insuficientemente drenados para el trigo. Las características apropiadas para
obtener con éxito determinadas cosechas no sólo son inherentes al propio suelo;
algunas de ellas pueden ser creadas por un adecuado acondicionamiento del
suelo.
Formación
del suelo
EL ORIGEN
DE LOS SUELOS
El suelo
es la capa externa de la corteza terrestre capaz de sustentar una vegetación
que lo utiliza como soporte y como fuente de aprovisionamiento de agua y sales
minerales.
Esta capa
proviene de la transformación de las rocas bajo los efectos de fenómenos
físicos (erosión, cambios de temperatura, etc.), químicos (acción de la
atmósfera, del agua, etc.) y biológicos (por la actividad de los seres vivos),
sometidos a la influencia de los factores climáticos, de relieve, de
composición de las rocas originales, etc.
Cuando es
debida estrictamente a los agentes naturales, se habla de suelo natural; cuando
a las acciones naturales se suma la actividad del hombre, recibe el nombre de
suelo agricola.
El
material básico a partir del cual se forma el suelo es la roca madre, que sirve
de soporte al tiempo que suministra los componentes que lo forman. La relación
entre la composición de la roca madre y la naturaleza del suelo es más patente
en los suelos jóvenes –de formación reciente- que en los suelos evolucionados o
maduros.
Los
suelos pueden formarse y depositarse sobre un soporte compacto y duro como puede
ser el granito –son los llamados suelos autóctonos- o bien sobre un sedimento, como
sedimentos aluviales, limos eólicos, etc., que también actúan como roca madre
–son los llamados suelos alóctonos o transportados-.
Los
suelos autóctonos tienen características poco favorables para la agricultura.
Son poco
fértiles y poco profundos. Por el contrario, los suelos alóctonos tienen las
características que les faltan a los suelos autóctonos por lo que son
considerados generalmente muy adecuados para la implantación de cultivos.
Los
elementos climáticos, sobre todo la temperatura y la humedad –ésta bajo la forma
de precipitación-, ejercen un papel fundamental en la formación del suelo.
La
temperatura influye sobre la meteorización física, química y biológica, y
además condiciona la vida de animales y plantas.
El agua líquida,
mediante los procesos de disolución, hidrólisis e hidratación, actúa sobre la
formación de minerales secundarios y sobre la estructuración del suelo y, al
igual que la temperatura, condiciona la vida de los organismos.
En climas
húmedos la acción formadora del suelo (pedogenética) que predomina es la
química del agua, ejercida por la humedad del clima. En climas desérticos el papel
principal lo asume la acción física de la temperatura y el viento.
La acción
de los seres vivos es también fundamental en la formación de los suelos.
Las
bacterias, algas y hongos son responsables de los procesos de humificación, del ciclo del nitrógeno, del ciclo del
carbono, del azufre, etc.
Las
plantas superiores son precursoras del “humus”, sustancia muy estable que
proviene de la transformación de los restos vegetales. Las plantas alteran la
roca mediante sus raíces y algunos vegetales son portadores de bacterias, que
intervienen decisivamente en el ciclo del nitrógeno.
Los
animales que habitan en el suelo ejercen una importante función sobre los procesos
de formación. Participan en la degradación de la materia orgánica y enriquecen el
suelo con nitrógeno mediante sus desechos y la descomposición de sus cuerpos
después de su muerte.
Dentro de
los factores que dependen de los seres vivos, no puede olvidarse la acción del
hombre, que mediante la agricultura transforma la naturaleza de los suelos naturales.
Muchas veces, dicha acción termina siendo perjudicial debido a las descontroladas
y descuidadas labores de cultivo que realiza.
El
relieve es otro factor que incide en al formación del suelo, en función del
clima y la roca madre.
Cuanto
mayor es la altitud disminuye la temperatura y aumenta la pluviosidad. En los
suelos formados en estas condiciones las reacciones químicas son más lentas; en
consecuencia, la humificación, el ciclo del nitrógeno, etc., disminuyen su
intensidad.
Además,
debido al fuerte drenaje, retiene poca retención de agua y se incrementa la
migraciónde sustancias en sentido descendente.
Por el
contrario, los suelos de los valles están muy evolucionados y contienen mucha materia
mineral y orgánica.
Para que
se llegue a formar un suelo es necesario que transcurra un período de tiempo
más o menos largo, ya que si algunos procesos se dan en un intervalo de tiempo
muy corto, otros necesitan años e incluso siglos para su desarrollo.
FORMACIÓN
DEL SUELO
El suelo
puede formarse y evolucionar a partir de la mayor parte de los materiales rocosos,
siempre que permanezcan en una determinada posición, el tiempo suficiente para
permitir las anteriores etapas. Se pueden diferenciar:
• Suelos
autóctonos formados a partir de la alteración in situ de la roca que tienen debajo.
• Suelos
alóctonos, formados con materiales provenientes de lugares separados.
Son
principalmente suelos de fondos de valle cuya matriz mineral procede de la
erosión de las laderas.
La
formación del suelo es un proceso en el que las rocas se dividen en partículas menores
mezclándose con materia orgánica en descomposición. El lecho rocoso empieza a
deshacerse por los ciclos de hielo-deshielo, por la lluvia y por otras fuerzas
del entorno (I).
El lecho
se descompone en la roca madre que, a su vez, se divide en partículas menores
(II).
Los
organismos de la zona contribuyen a la formación del suelo desintegrándolo
cuando viven en él y añadiendo materia orgánica tras su muerte. Al
desarrollarse el suelo, se forman capas llamadas horizontes (III).
El
horizonte A, más próximo a la superficie, suele ser más rico en materia orgánica,
mientras que el horizonte C contiene más minerales y sigue pareciéndose a la
roca madre. Con el tiempo, el suelo puede llegar a sustentar una cobertura
gruesa de vegetación reciclando sus recursos de forma efectiva (IV).
En esta
etapa, el suelo puede contener un horizonte B, donde se almacenan los minerales
lixiviados.
COMPOSICIÓN
DEL SUELO
Los
componentes del suelo se pueden dividir en sólidos, líquidos y gaseosos.
SÓLIDOS
Este
conjunto de componentes representa lo que podría denominarse el esqueleto mineral
del suelo y entre estos, componentes sólidos, del suelo destacan:
•
Silicatos, tanto residuales o no completamente meteorizados, (micas, feldespatos,
y fundamentalmente cuarzo).
• Como
productos no plenamente formados, singularmente los minerales de arcilla,
(caolinita, illita, etc.).
• Óxidos
e hidróxidos de Fe (hematites, limonita, goetita) y de Al (gibsita, bohemita),
liberados por el mismo procedimiento que las arcillas.
• Clastos
y granos poliminerales como materiales residuales de la alteración mecánica y
química incompleta de la roca originaria.
• Otros
diversos compuestos minerales cuya presencia o ausencia y abundancia condicionan
el tipo de suelo y su evolución.
o
Carbonatos (calcita, dolomita).
o
Sulfatos (aljez).
o
Cloruros y nitratos.
• Sólidos
de naturaleza orgánica o complejos órgano-minerales, la materia orgánica muerta
existente sobre la superficie, el humus o mantillo:
o Humus
joven o bruto formado por restos distinguibles de hojas, ramas y restos de
animales.
o Humus
elaborado formado por sustancias orgánicas resultantes de la total
descomposición del humus bruto, de un color negro, con mezcla de derivados
nitrogenados (amoníaco, nitratos), hidrocarburos, celulosa, etc. Según el tipo
de reacción ácido-base que predomine en el suelo, éste puede ser ácido, neutro
o alcalino, lo que viene determinado también por la roca madre y condiciona
estrechamente las especies vegetales que pueden vivir sobre el mismo.
LÍQUIDOS
Esta
fracción está formada por una disolución acuosa de las sales y los iones más
comunes como Na+, K+, Ca2+, Cl-, NO3-,… así como por una amplia serie de
sustancias orgánicas. La importancia de esta fase líquida en el suelo estriba
en que éste es el vehículo de las sustancias químicas en el seno del sistema.
El agua
en el suelo puede estar relacionada en tres formas diferentes con el esqueleto
sólido.
TIPOS DE
LÍQUIDO EN EL SUELO.
• La
primera, está constituida por una película muy delgada, en la que la fuerza dominante
que une el agua a la partícula sólida es de carácter molecular, y tan sólida
que esta agua solamente puede eliminarse del suelo en hornos de alta
temperatura.
Esta
parte del agua no es aprovechable por el sistema radicular de las plantas.
• La
segunda es retenida entre las partículas por las fuerzas capilares, las cuales,
en función de la textura pueden ser mayores que la fuerza de la gravedad. Esta porción
del agua no percola, pero puede ser utilizada por las plantas.
• Finalmente,
el agua que excede al agua capilar, que en ocasiones puede llenar todos los
espacios intersticiales en las capas superiores del suelo, con el tiempo percola
y va a alimentar los acuíferos más profundos. Cuando todos los espacios intersticiales
están llenos de agua, el suelo se dice saturado.
GASES
La
fracción de gases está constituida fundamentalmente por los gases atmosféricos y
tiene gran variabilidad en su composición, por el consumo de O2, y la
producción de CO2 dióxido de carbono.
El
primero siempre menos abundante que en el aire libre y el segundo más, como
consecuencia del metabolismo respiratorio de los seres vivos del suelo,
incluidas las raíces.
Otros
gases comunes en suelos con mal drenaje son el metano (CH4) y el óxido nitroso
(N2O).
PROPIEDADES
FÍSICAS, QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS DEL SUELO
PROPIEDADES
FÍSICAS
• Textura
La
proporción de las tres fracciones minerales constitutivas del suelo (arena,
limo y arcilla) es lo que determina la textura del mismo. Cuando más finas son
las partículas componentes más fina será la textura del suelo y viceversa.
Observamos
el gráfico y vemos que a medida que aumenta el tamaño de partículas la textura
pasa de arcillas a arenas.
La
textura es lo que mejor caracteriza el suelo desde el punto de vista físicoestructural;
la permeabilidad, el grado de facilidad para realizar las labranzas, la capacidad
de intercambio catiónico (fuerza de retención de elementos en la solución del
suelo), la capacidad de retención hídrica y la estructura, son algunas de las
características que dependen en buena medida de la textura.
Esta
representa entonces uno de los elementos más importantes para las evaluaciones
agropedológicas del suelo.
DETERMINACIÓN DE TEXTURA
A. a
campo método del tacto. Uso del triangulo textura. Con el podemos determinar algunas
clases.
De las
doce clases texturales representadas en el triángulo, la textura franca es aquella
que posee las propiedades medias, en cuanto a finura, retención hídrica, cohesión,
etc. Es la ideal para producir.
TRIÁNGULO
TEXTURAL
CARACTERÍSTICAS
DE ALGUNAS TEXTURAS DEL SUELO
Textura
Arenosa: es no cohesiva y forma sólo gránulos simples. Las partículas individuales
pueden ser vistas y sentidas al tacto fácilmente.
Al
apretarse en la mano en estado seco se soltará con facilidad una vez que cese
la presión.
Al
apretarse en estado húmedo formará un molde que se desmenuzará al palparlo.
Textura
Franco arenosa: es un suelo que posee bastante arena pero que cuenta también con
limo y arcilla, lo cual le otorga algo más de cohesión entre partículas.
Los
granos de arena pueden ser vistos a ojo descubierto y sentidos al tacto con
facilidad.
Al
apretarlo en estado seco formará un molde que fácilmente caerá en pedazos, pero
al apretarlo en estado húmedo el modo formado persistirá si se manipula
cuidadosamente.
Textura
Franca: es un suelo que tiene una mezcla relativamente uniforme, en términos
cualitativos, de los tres separados texturales. Es blando o friable dando una
sensación de aspereza, además es bastante suave y ligeramente plástico.
Al apretarlo
en estado seco el molde mantendrá su integridad si se manipula cuidadosamente, mientras
que en estado húmedo el molde puede ser manejado libremente y no se destrozará.
Textura
Franco limosa: es un suelo que posee una cantidad moderada de partículas finas de
arena, sólo una cantidad reducida de arcilla y más de la mitad de las partículas
pertenecen al tamaño denominado limo. Al estado seco tienen apariencia aterronada,
pero los terrones pueden destruirse fácilmente.
Al moler
el material se siente cierta suavidad y a la vista se aprecia polvoriento. Ya
sea seco o húmedo los moldes formados persistirán al manipularlos libremente,
pero al apretarlo entre el pulgar y el resto de los dedos no formarán una
“cinta” continua.
Textura
Franco arcillosa: es un suelo de textura fina que usualmente se quiebra en terrones
duros cuando éstos están secos. El suelo en estado húmedo al oprimirse entre el
pulgar y el resto de los dedos formará una cinta que se quebrará fácilmente al
sostener su propio peso.
El suelo
húmedo es plástico y formará un molde que soportará bastante al manipuleo.
Cuando se amasa en la mano no se destruye fácilmente sino que tiende a formar
una masa compacta.
Textura
Arcillosa: constituye un suelo de textura fina que usualmente forma terrones duros
al estado seco y es muy plástico como también pegajoso al mojarse.
Cuando el
suelo húmedo es oprimido entre el pulgar y los dedos restantes se forma una
cinta larga y flexible.
ESTRUCTURA
El
término estructura se refiere a la forma en que las partículas del suelo se
agrupan o reúnen formando los agregados o “peds”.
En un
perfil pueden encontrarse diferentes tipos de agregados, comúnmente éstos varían
de horizonte a horizonte. El tipo de estructura condicionará el movimiento del agua,
la transferencia de calor, la aireación: la porosidad y la densidad aparente.
El hombre
a través de las operaciones de labranza, cultivo, drenaje y agregado de abonos puede
modificar parcialmente la estructura del suelo, pero difícilmente pueda
introducir cambios sustanciales en su textura.
La forma
predominante de los agregados o peds en un horizonte determina su tipo estructural.
Los tipos
de estructura más comunes son los que se detallan en el siguiente cuadro:
¿Por qué
es importante conocer la estructura?
Porque
ciertas estructuras denuncian problemas del suelo, atribuibles a su propia naturaleza
o al manejo realizado. Por ejemplo:
- Una
estructura laminar puede indicar un alto contenido de limo: verificar entonces
su estructura.
-
Asimismo, una estructura laminar es típica de un lote muy refinado que recibió -desnudo-
una lluvia.
- También
si la estructura es muy laminar en hojuelas algo curvadas, seguramente proviene
de materiales arrastrados por agua; es decir hay erosión de tipo laminar.
- Una
estructura laminar, pero en este caso formada por láminas gruesas, indica
generalmente la presencia de fenómenos de compactación (por labranzas, pisoteo,
etc.).
- Una
estructura bien granular, de color negro, poblada de lombrices, esta indicando
que el suelo hace tiempo no se ara.
- Una
estructura columnar revela presencia de sodio; es decir de campo de cañada: o
de riego con salitre negro.
- Una
estructura masiva, sin poros ni trazas de raíces que sean capaces de atravesarlas,
también da idea que el suelo pudo haber sido compactado.
COLOR
Normalmente,
un suelo tiende a ser oscuro en superficie y más claro en profundidad.
Por
excepción, por debajo del horizonte superficial puede aparecer otro más oscuro;
ello puede deberse a que el suelo original fue tapado por un nuevo material de color
más claro (una voladura por ejemplo). Hemos visto también suelos que en otro
tiempo se araron hondo (más de 18-20 cm) y el suelo oscuro de la superficie fue
mandado al fondo del surco.
A medida
que se incrementa el contenido de carbonato de sodio, es decir tosquillas en
polvo y/o muñequillas, el color tiende a aclararse. Lo mismo ocurre si abunda
la sal, es decir cloruro de sodio.
Ciertos
colores son indicios de anomalías en el suelo. Por ejemplo, en los campos es
frecuente encontrar en superficie manchones de tierras negras que recuerda a la
pintura asfáltica derramada. Se trata de un indicio claro de que hay abundancia
de sodio que quema al humus, disolviéndolo; la reacción del terreno será
fuertemente alcalina.
También
en campos bajos, cuando la capa de agua es alta, suelen verse pústulas como
cabecillas de alfiler de color rojo y otras de color violeta. Son síntomas de
acceso de agua en los poros y falta de aire por lo que el hierro y el manganeso
del suelo cambian de color.
PROFUNDIDAD
DEL SUELO
¿POR QUÉ
PERJUDICA LA ESCASA PROFUNDIDAD DEL SUELO?
- Porque
disminuyen la posibilidad de acumular agua
- Por proporcionalmente
menor grado de evolución de suelo poco profundo
La planta
tiene distintas exigencias en cuanto a profundidad de enraizamiento; en general,
las raíces largas (pivotantes), son más exigentes que las raíces en cabellera; un
ejemplo sería la alfalfa comparada con el trigo.
Un valor
prudente de profundidad del suelo puede ser de 1 a 1,20 metros libres de obstáculos
para las raíces; por arriba de sus valores el comportamiento de las plantas
sería diferente, pero por debajo, no.
Evidentemente,
cualquier terreno tiene alguna limitante a cierta profundidad: roca, tosca,
capa de agua pero por encima de 1,80 a 2,00 metros se considera que el suelo ya
“se acabó” y estamos en pleno material “madre” u otros materiales geológicos más
viejos; por ello debajo de esta profundidad no se toma en cuenta el comportamiento
de las raíces, a no ser que haya una capa de agua fluctuante.
¿SIGNIFICA
ESTO QUE NO SIRVEN PARA HACER AGRICULTURA?
La
respuesta sería que las plantas “se acomodan” a la situación reduciendo su producción,
la que por debajo de ciertos límites se convertirá en antieconómica.
Requerimiento
de profundidad para pasturas cultivadas
Bases
gramíneas = no menos de 30 cm
Para
trigo de cosecha = no menos 50 cm
Para
alfalfa = no menos de 60 cm
Para
girasol = no menos de 70 cm
Dentro de
la profundidad total del perfil del suelo debe asignarse particular importancia
económica al espesor; si éste no pasa de 11 a 14 cm; “significa entonces que
es fácil, con una labranza, llevar el subsuelo a la superficie; y que antes de decidir
realizar un laboreo más hondo de lo común, hay que asegurarse que el terreno
permita hacerlo”.
Pensamos
que espesores menores de 10 cm son críticos para trabajarlos con arados de
reja. En la siguiente figura se presenta el efecto de las labranzas en suelos
de poca tierra negra (o sea capa arable). La lámina señala ciertos perjuicios de
mezclar demasiado subsuelo con la capa superficial:
• Se
diluye la buena fertilidad de la tierra negra al mezclarla con otra inferior.
• El
suelo superficial empeora.
ESPESOR
DEL HORIZONTE A
Muchas
veces, si el subsuelo es muy gredoso (arcilloso), una labranza profunda podrá
modificar la textura del horizonte superficial. En tierras alcalinas o con
carbonato de calcio, también empeorará la fertilidad del terreno.
Excepcionalmente,
cuando el suelo superficial es alcalino y el subsuelo muy calcáreo, una
labranza profunda puede disminuir el problema por mezcla de ambas capas.
DENSIDAD
La
densidad de un líquido o sólido es el peso de un cierto volumen; es decir:
Densidad
del agua = masa del agua = aprox. 1 g/cm3
Volumen
Con los
suelos se plantean dos posibilidades:
a) Incluir
la tierra más sus poros (densidad “aparente”).
b) Sólo
considerar el peso de los materiales del suelo (densidad “real”)
En el
primer caso los valores de densidad son más bajos que en el segundo; pueden oscilar
entre 0,60 y 1,80 g/cm3 para la “densidad aparente” entre 2,60 y 2,70 g/cm3
para la real.
La
densidad aparente es de mucho más interés práctico que la real.
Como
varía según la textura del suelo, así también varía el peso del suelo.
En la
tabla siguiente se presentan valores medios de la densidad aparente para varias
texturas; el rango o amplitud en que pueden fluctuar los valores y el peso de las
capas arables (14 cm de espesor) en cada caso.
Se
observa que las tierras más arenosas, casi médanos y que comúnmente llamamos livianas,
son en realidad más pesadas. Viceversa, las más gredosas y pesadas, son las más
livianas por la gran cantidad de poros que tienen.
La
densidad aparente también varía con el manejo; así suelos compactados por pisoteo
de animales y/o tránsito de maquinarias (carritos durante la cosecha por ejemplo),
y subsuelos compactados por labranzas (pisos de arado), tendrán mayor densidad
que los normales.
PROPIEDADES
QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS DEL SUELO
DEFINICIÓN
•
Corresponden fundamentalmente a los contenidos de diferentes sustancias importantes
como macro nutrientes (N, P, Ca, Mg, K, S) y micro nutrientes (Fe, Mn, Co, B,
MO, Cl) para las plantas o por dotar al suelo de diferentes características (Carbono
orgánico, carbono cálcico, fe en diferentes estados).
• Son
aquellas que nos permiten reconocer ciertas cualidades del suelo cuando se
provocan cambios químicos o reacciones que alteran la composición y acción de
los mismos. Las principales son:
1. La
materia orgánica
2. La
fertilidad
3. La
acidez-alcalinidad
MATERIA
ORGÁNICA
Son los
residuos de plantas y animales descompuestos, da al suelo algunos alimentos que
las plantas necesitan para su crecimiento y producción, mejora las condiciones
del suelo para un buen desarrollo de los cultivos.
De la
materia orgánica depende la buena constitución de los suelos un suelo de consistencia
demasiada suelta (Suelo arenoso) se puede mejorar haciendo aplicaciones de
materia orgánica (Compost), así mismo un suelo demasiado pesado (suelo
arcilloso) se mejora haciéndolo más suave y liviano mediante aplicación de materia
orgánica.
EFECTOS
DE LA MATERIA ORGÁNICA
• Le da granulación
a la tierra haciéndola más porosa, permeable y fácil de trabajar.
• Hace
que los suelos de color claro se vuelvan oscuras y por lo tanto absorban una
cantidad mayor de radiaciones solares.
•
Defiende los suelos contra la erosión porque evita la dispersión de las
partículas minerales, tales como limos, arcilla y arenas.
• Mejora
la aireación o circulación del aire en el suelo por eso el suelo orgánico se
llama “Suelo vivo”
• Ayuda
al suelo a almacenar alimentos para las plantas.
HORIZONTES
DEL SUELO
Se
denomina horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se
desarrollan en el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de
composición, textura, adherencia, etc.
El perfil
del suelo es la ordenación vertical de todos estos horizontes.
Clásicamente,
se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes fundamentales
que desde la superficie hacia abajo son:
•
Horizonte 0, "Capa superficial del horizonte A"
•
Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza
la vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de
materia orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del agua arrastrándola
hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles.
•
Horizonte B o zona de precipitación: Carece prácticamente de humus, por lo que
su color es más claro, en él se depositan los materiales arrastrados desde arriba,
principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos, carbonatos,
etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las
corazas lateríticas tropicales.
•
Horizonte C o subsuelo: Está constituido por la parte más alta del material
rocoso
in situ,
sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración mecánica
y la química (la alteración química es casi inexistente ya que en las primeras
etapas de formación de un suelo no suele existir colonización orgánica), pero
en él aún puede reconocerse las características originales del mismo.
•
Horizonte D u horizonte R o material rocoso: es el material rocoso subyacente que
no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. Algunos
distinguen entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa a la
roca madre, y R, cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una base
física sin una relación especial con la composición mineral del suelo que tiene
encima.
Los
caracteres, textura y estructura de los horizontes pueden variar ampliamente, pudiendo
llegar de un horizonte A de centímetros a metros.
CLASES DE
SUELO
Los
suelos muestran gran variedad de aspectos, fertilidad y características químicas
en función de los materiales minerales y orgánicos que lo forman.
El color
es uno de los criterios más simples para calificar las variedades de suelo.
La regla
general, aunque con excepciones, es que los suelos oscuros son más fértiles que
los claros. La oscuridad suele ser resultado de la presencia de grandes cantidades
de humus. A veces, sin embargo, los suelos oscuros o negros deben su tono a la
materia mineral o a humedad excesiva; en estos casos, el color oscuro no es un
indicador de fertilidad.
Los
suelos rojos o castaño-rojizos suelen contener una gran proporción de óxidos de
hierro (derivado de las rocas primigenias) que no han sido sometidos a humedad excesiva.
Por tanto, el color rojo es, en general, un indicio de que el suelo está bien
drenado, no es húmedo en exceso y es fértil.
En muchos
lugares del mundo, un color rojizo puede ser debido a minerales formados en
épocas recientes, no disponibles químicamente para las plantas.
Casi
todos los suelos amarillos o amarillentos tienen escasa fertilidad. Deben su
color a óxidos de hierro que han reaccionado con agua y son de este modo señal
de un terreno mal drenado.
Los
suelos grisáceos pueden tener deficiencias de hierro u oxígeno, o un exceso de
sales alcalinas, como carbonato de calcio.
CLASIFICACIÓN
DEL SUELO
Para
denominar los diferentes tipos de suelo que podemos encontrar en el mundo, se
han desarrollado diversos tipos de clasificaciones que, mediante distintos criterios,
establecen diferentes tipologías de suelo. De entre estas clasificaciones, las más
utilizadas son:
•
Clasificación Climática o Zonal, que se ajustan o no, a las características de
la zona bioclimática donde se haya desarrollado un tipo concreto de suelo,
teniendo así en cuenta diversos factores como son los climáticos y los
biológicos, sobre todo los referentes a la vegetación. Esta clasificación ha
sido la tradicionalmente usada por la llamada Escuela Rusa.
•
Clasificación Genética, en la que se tiene en cuenta la forma y condiciones en las
que se ha desarrollado la génesis de un suelo, teniendo en cuenta por tanto, muchas
más variables y criterios para la clasificación.
•
Clasificación Analítica (conocida como Soil Taxonomy), en la que se definen unos
horizontes de diagnóstico y una serie de caracteres de referencia de los mismos.
Es la establecida por la Escuela Americana.
Hoy día,
las clasificaciones más utilizadas se basan fundamentalmente en el perfil del
suelo, condicionado por el clima. Se atiende a una doble división: zona
climática y, dentro de cada zona, el grado de evolución. Dentro de ésta, se
pueden referir tres principales modelos edáficos que responderían a las
siguientes denominaciones:
• Podzol:
es un suelo típico de climas húmedos y fríos.
•
Chernozem: es un suelo característico de las regiones de climas húmedos con veranos
cálidos.
• Latosol
o suelo laterítico: es frecuente en regiones tropicales de climas cálidos y
húmedos.
CLASES DE
SUELOS
Los
suelos se dividen en clases según sus características generales. La clasificación
se suele basar en la morfología y la composición del suelo, con énfasis en las propiedades
que se pueden ver, sentir o medir por ejemplo, la profundidad, el color, la
textura, la estructura y la composición química. La mayoría de los suelos como
vimos, tienen capas características, llamadas horizontes; la naturaleza, el número,
el grosor y la disposición de éstas también es importante en la identificación y
clasificación de los suelos.
Las
propiedades de un suelo reflejan la interacción de varios procesos de formación
que suceden de forma simultánea tras la acumulación del material primigenio.
Algunas
sustancias se añaden al terreno y otras desaparecen. La transferencia de materia
entre horizontes es muy corriente. Algunos materiales se transforman.
Todos estos
procesos se producen a velocidades diversas y en direcciones diferentes, por lo
que aparecen suelos con distintos tipos de horizontes o con varios aspectos dentro
de un mismo tipo de horizonte.
Los
suelos que comparten muchas características comunes se agrupan en series y
éstas en familias. Del mismo modo, las familias se combinan en grupos, y éstos en
subórdenes que se agrupan a su vez en órdenes.
Los
nombres dados a los órdenes, subórdenes, grupos principales y subgrupos se basan,
sobre todo, en raíces griegas y latinas. Cada nombre se elige tratando de indicar
las relaciones entre una clase y las otras categorías y de hacer visibles
algunas de las características de los suelos de cada grupo. Los suelos de
muchos lugares del mundo se están clasificando según sus características lo
cual permite elaborar mapas con su distribución.
A modo de
conocimiento observemos algunos ejemplos de suelos
CIENCIAS
QUE ESTUDIAN LOS SUELOS
Geología: Campo de la ciencia que
se interesa por el origen del planeta Tierra, su historia, su forma, la materia
que lo configura y los procesos que actúan o han actuado sobre él. Es una de
las muchas materias relacionadas como ciencias de la Tierra, o geociencia, y
los geólogos son científicos de la Tierra preocupados por las rocas y por los
materiales derivados que forman la parte externa de la Tierra.
Para
comprender estos cuerpos, se sirven de conocimientos de otros campos, por ejemplo
de la física, química y biología. De esta forma, temas geológicos como la geoquímica,
la geofísica, la geocronología (que usa métodos de datación) y la
paleontología, ahora disciplinas importantes por derecho propio, incorporan
otras ciencias, y esto permite a los geólogos comprender mejor el
funcionamiento de los procesos terrestres a lo largo del tiempo.
Edafología: Ciencia que estudia las
características de los suelos, su formación y su evolución (edafogénesis), sus
propiedades físicas, morfológicas, químicas y mineralógicas y su distribución.
También comprende el estudio de las aptitudes de los suelos para la explotación
agraria o forestal. La edafología se constituye como ciencia a finales del
siglo XIX, gracias a las investigaciones del geólogo ruso Dokouchaev sobre los
suelos de Ucrania. Basándose en zanjas, Dokouchaev estableció y describió por
primera vez perfiles de suelos caracterizados por horizontes, para llegar a la
conclusión de que la naturaleza de los suelos depende de la vegetación y el
clima. Estos trabajos, apoyados en una cartografía de suelos, suscitaron mucho
interés y marcaron el origen de un avance muy rápido en todo el mundo.
Los
suelos se desarrollan bajo la influencia del clima, la vegetación, los
animales, el relieve y la roca madre. La edafología se sitúa en la encrucijada
de las ciencias de la Tierra y de la vida y es fundamental para la conservación
del medio ambiente natural.
Pedología:
Ciencia que estudia la tierra apta para el cultivo.
Sobre
terrenos relativamente estables, la formación de los suelos es continua
respondiendo a patrones o modelos predecibles, no obstante muchas superficies desaparecen
o reciben materiales adicionales, ambos procesos cambian el patrón de
desarrollo de los perfiles, por ello el factor tiempo juega un papel muy
importante.
CAUSAS DE
LA DEGRADACIÓN O DESTRUCCIÓN DE LOS SUELOS
•
Meteorización: consiste en la alteración que experimentan las rocas en contacto
con el agua, el aire y los seres vivos
Meteorización
física o mecánica: es aquella que se produce cuando, al bajar las temperaturas
que se encuentran en las grietas de las rocas, se congelan con ella, aumenta su
volumen y provoca la fractura de las rocas.
Meteorización
química: es aquella que se produce cuando los materiales rocosos reaccionan con
el agua o con las sustancias disueltas en ella.
•
Erosión: consiste en el desgaste y fragmentación de los materiales de la superficie
terrestre por acción del agua, el viento, etc. Los fragmentos que se desprenden
reciben el nombre de detritos.
•
Transporte: consiste en el traslado de los detritos de un lugar a otro.
•
Sedimentación: consiste en el depósito de los materiales transportados, reciben
el nombre de sedimentos, y cuando estos sedimentos se cementan originan las
rocas sedimentarias.
Los
suelos se pueden destruir por las lluvias. Estas van lavando el suelo, quitándole
todos los nutrientes que necesita para poder ser fértil, los árboles no pueden crecer
ahí y se produce una deforestación que conlleva como consecuencia la desertificación.
FERTILIDAD
REQUERIMIENTOS DE LAS PLANTAS
Las
plantas como cualquier ser vivo, requieren de determinados elementos que le permitan
desarrollarse, mientras el equilibrio de estos factores sea mejor, mejor será
el desarrollo, crecimiento y reproducción de ellas.
Los
elementos principales son los siguientes:
Macroelementos:
- C
(Carbono)
- Fe
(Hierro)
- N
(Nitrógeno)
- P
(Fósforo)
- K
(Potasio)
- Ca
(calcio)
- Mg
(Magnesio)
- S (Azufre)
Microelementos:
- B
(boro)
- Zn
(zinc)
- Cu
(cobre)
- Mn
(manganeso)
- y
muchos otros en concentraciones menores.
En la
naturaleza estos elementos están provistos y cubiertos en su totalidad por una
serie de reacciones químicas y físicas que en su mayoría las provoca el sol, la
lluvia y el terreno. Para que estos elementos se encuentren en nuestro acuario debemos
proveerlos de manera artificial.
Cada uno
de los nutrientes cumple sus funciones a saber:
Nitrógeno (N)
• Ayuda
al desarrollo de las plantas
• Da al
follaje n color verde
• Ayuda a
que se introduzcan buenas cosechas
• Es el
elemento químico principal para la formación de las proteínas.
Fósforo (P)
• Ayuda
al buen crecimiento de las plantas
• Forma
raíces fuertes y abundantes
• Contribuye
a la formación y maduración de los frutos.
•
Indispensable en la formación de semillas.
Potasio (K)
• Ayuda a
la planta a la formación de tallos fuertes y vigorosos.
• Ayuda a
la formación de azucares almidones y aceites.
• Protege
a las plantas de enfermedades.
• Mejora
a la calidad de las cosechas.
Calcio (Ca)
• Ayuda
al crecimiento de la raíz y el tallo de la planta
• Permite
que la planta tome fácilmente los alimentos del suelo.
Magnesio (Mg)
• Ayuda a
la formación de aceites y grasas
• Es el
elemento principal en la formación de clorofila, sin la cual la planta no puede
formar azucares.
Un suelo
fértil es aquel que contiene los elementos nutritivos que las plantas necesitan
para su alimentación, estos alimentos los adquiere el suelo enriqueciéndolos con
materia orgánica.
Un suelo
pobre o carente de materia orgánica es un suelo estéril y por lo tanto es improductivo.
ACIDEZ –
ALCALINIDAD
En
general las sustancias pueden ser ácidas, alcalinas y neutras.
Químicamente
sabemos que una sustancia es ácida porque hace cambiar a rojo el papel tornasol
azul; sabemos que es alcalina o básica, porque hace cambiar a azul el papel
tornasol rojo. Sabemos también que una sustancia es neutra porque no hace
cambiar ninguno de los indicados.
Durante
el proceso de humificación o sea de putrefacción del mantillo o materia orgánica
para convertirse en humus, intervienen las bacterias y los hongos en cuyo trabajo
van elaborando sustancias ácidas, por esto las tierras negras y polvorosas generalmente
son ácidas, pero para contrarrestar su acidez, los agricultores aplican cal,
que en contacto con el agua forman sustancias alcalinas.
En
general los suelos ácidos son los menos productivos por su acidez se puede corregir
haciendo encalamiento.
P.H.
La acidez
del suelo mide la concentración en hidrogeniones (H+), en el suelo los hidrogeniones
están en la solución, pero también existen en el complejo de cambio.
SALINIDAD
DEL SUELO
Es la
consecuencia de la presencia de sales en el suelo, más solubles que el yeso. Por
sus propias características se encuentran tanto en la fase sólida como en la
fase liquida por lo que tiene una extraordinaria movilidad.
La
salinización natural del suelo es un fenómeno asociado a condiciones climáticas
de aridez y a la presencia de materiales originales ricos en sales, como sucede
con ciertas morgas y molasas. No obstante existe una salinidad adquirida por el
riego prolongado con aguas de elevado contenido salino, en suelos de baja
permeabilidad y bajo climas secos subhúmedos y más secos.
La
salinidad no siempre tiene que ir asociada a un pH alcalino, sino que cuando se
alcanzan valores muy ácidos se produce la solubilización de sales alumínicas
que pueden generar una elevada conductividad con un riesgo añadido, la
presencia de aluminio soluble en cantidades suficientes para ser tóxico para la
mayoría de las plantas. Por ello cuando el pH baja de 3.5 se consideran salinos
los suelos con conductividad superior a 8 dS/m, como en el caso de la
alcalinidad.
La
recuperación de los suelos salinos puede efectuarse por un lavado de mismo por
inundación con aguas libres de sales, siempre que exista calcio suficiente en la
solución para mantener floculadas las arcillas y permitir una permeabilidad aceptable.
Cuando la
salinidad va acompañada de sodicidad, la alcalinización producida por el sodio
favorece la dispersión de la arcilla, su movilización y la impermeabilización del
suelo. Todo ello dificulta el lavado hasta que no se lleva a cabo una
eliminación del sodio. El sodio abundante de la solución hace que el complejo
de cambio del suelo se encuentre saturado o semi saturado por este elemento;
por este motivo la primera acción a tomar es disolverlo del complejo de cambio
para que pueda ser eliminado por arrastre de la solución del suelo con el agua
añadida.
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