lunes, 18 de julio de 2016

CAPITULO II

CAPITULO II

EL SUELO

ASPECTOS INTERNOS DEL SUELO.

Es la cubierta superficial de la mayoría de la superficie continental de la Tierra.

Es un agregado de minerales no consolidados y de partículas orgánicas producidas por la acción combinada del viento, el agua y los procesos de desintegración orgánica.

Los suelos cambian mucho de un lugar a otro. La composición química y la estructura física del suelo en un lugar dado, están determinadas por el tipo de material geológico del que se origina, por la cubierta vegetal, por la cantidad de tiempo en que ha actuado la meteorización, por la topografía y por los cambios artificiales resultantes de las actividades humanas.

Las variaciones del suelo en la naturaleza son graduales, excepto las derivadas de desastres naturales. Sin embargo, el cultivo de la tierra priva al suelo de su cubierta vegetal y de mucha de su protección contra la erosión del agua y del viento, por lo que estos cambios pueden ser más rápidos. Los agricultores han tenido que desarrollar métodos para prevenir la alteración perjudicial del suelo debida al cultivo excesivo y para reconstruir suelos que ya han sido alterados con graves daños.

El conocimiento básico de la textura del suelo es importante para los ingenieros que construyen edificios, carreteras y otras estructuras sobre y bajo la superficie terrestre. Sin embargo, los agricultores se interesan en detalle por todas sus propiedades, porque el conocimiento de los componentes minerales y orgánicos, de la aireación y capacidad de retención del agua, así como de muchos otros aspectos de la estructura de los suelos, es necesario para la producción de buenas cosechas.

Los requerimientos de suelo de las distintas plantas varían mucho, y no se puede generalizar sobre el terreno ideal para el crecimiento de todas las plantas.

Muchas plantas, como la caña de azúcar, requieren suelos húmedos que estarían insuficientemente drenados para el trigo. Las características apropiadas para obtener con éxito determinadas cosechas no sólo son inherentes al propio suelo; algunas de ellas pueden ser creadas por un adecuado acondicionamiento del suelo.

Formación del suelo


EL ORIGEN DE LOS SUELOS

El suelo es la capa externa de la corteza terrestre capaz de sustentar una vegetación que lo utiliza como soporte y como fuente de aprovisionamiento de agua y sales minerales.

Esta capa proviene de la transformación de las rocas bajo los efectos de fenómenos físicos (erosión, cambios de temperatura, etc.), químicos (acción de la atmósfera, del agua, etc.) y biológicos (por la actividad de los seres vivos), sometidos a la influencia de los factores climáticos, de relieve, de composición de las rocas originales, etc.

Cuando es debida estrictamente a los agentes naturales, se habla de suelo natural; cuando a las acciones naturales se suma la actividad del hombre, recibe el nombre de suelo agricola.

El material básico a partir del cual se forma el suelo es la roca madre, que sirve de soporte al tiempo que suministra los componentes que lo forman. La relación entre la composición de la roca madre y la naturaleza del suelo es más patente en los suelos jóvenes –de formación reciente- que en los suelos evolucionados o maduros.

Los suelos pueden formarse y depositarse sobre un soporte compacto y duro como puede ser el granito –son los llamados suelos autóctonos- o bien sobre un sedimento, como sedimentos aluviales, limos eólicos, etc., que también actúan como roca madre –son los llamados suelos alóctonos o transportados-.
Los suelos autóctonos tienen características poco favorables para la agricultura.

Son poco fértiles y poco profundos. Por el contrario, los suelos alóctonos tienen las características que les faltan a los suelos autóctonos por lo que son considerados generalmente muy adecuados para la implantación de cultivos.

Los elementos climáticos, sobre todo la temperatura y la humedad –ésta bajo la forma de precipitación-, ejercen un papel fundamental en la formación del suelo.

La temperatura influye sobre la meteorización física, química y biológica, y además condiciona la vida de animales y plantas.

El agua líquida, mediante los procesos de disolución, hidrólisis e hidratación, actúa sobre la formación de minerales secundarios y sobre la estructuración del suelo y, al igual que la temperatura, condiciona la vida de los organismos.

En climas húmedos la acción formadora del suelo (pedogenética) que predomina es la química del agua, ejercida por la humedad del clima. En climas desérticos el papel principal lo asume la acción física de la temperatura y el viento.

La acción de los seres vivos es también fundamental en la formación de los suelos.

Las bacterias, algas y hongos son responsables de los procesos de humificación,  del ciclo del nitrógeno, del ciclo del carbono, del azufre, etc.

Las plantas superiores son precursoras del “humus”, sustancia muy estable que proviene de la transformación de los restos vegetales. Las plantas alteran la roca mediante sus raíces y algunos vegetales son portadores de bacterias, que intervienen decisivamente en el ciclo del nitrógeno.

Los animales que habitan en el suelo ejercen una importante función sobre los procesos de formación. Participan en la degradación de la materia orgánica y enriquecen el suelo con nitrógeno mediante sus desechos y la descomposición de sus cuerpos después de su muerte.

Dentro de los factores que dependen de los seres vivos, no puede olvidarse la acción del hombre, que mediante la agricultura transforma la naturaleza de los suelos naturales. Muchas veces, dicha acción termina siendo perjudicial debido a las descontroladas y descuidadas labores de cultivo que realiza.

El relieve es otro factor que incide en al formación del suelo, en función del clima y la roca madre.

Cuanto mayor es la altitud disminuye la temperatura y aumenta la pluviosidad. En los suelos formados en estas condiciones las reacciones químicas son más lentas; en consecuencia, la humificación, el ciclo del nitrógeno, etc., disminuyen su intensidad.

Además, debido al fuerte drenaje, retiene poca retención de agua y se incrementa la migraciónde sustancias en sentido descendente.

Por el contrario, los suelos de los valles están muy evolucionados y contienen mucha materia mineral y orgánica.

Para que se llegue a formar un suelo es necesario que transcurra un período de tiempo más o menos largo, ya que si algunos procesos se dan en un intervalo de tiempo muy corto, otros necesitan años e incluso siglos para su desarrollo.

FORMACIÓN DEL SUELO

El suelo puede formarse y evolucionar a partir de la mayor parte de los materiales rocosos, siempre que permanezcan en una determinada posición, el tiempo suficiente para permitir las anteriores etapas. Se pueden diferenciar:

• Suelos autóctonos formados a partir de la alteración in situ de la roca que tienen debajo.

• Suelos alóctonos, formados con materiales provenientes de lugares separados.

Son principalmente suelos de fondos de valle cuya matriz mineral procede de la erosión de las laderas.

La formación del suelo es un proceso en el que las rocas se dividen en partículas menores mezclándose con materia orgánica en descomposición. El lecho rocoso empieza a deshacerse por los ciclos de hielo-deshielo, por la lluvia y por otras fuerzas del entorno (I).

El lecho se descompone en la roca madre que, a su vez, se divide en partículas menores (II).

Los organismos de la zona contribuyen a la formación del suelo desintegrándolo cuando viven en él y añadiendo materia orgánica tras su muerte. Al desarrollarse el suelo, se forman capas llamadas horizontes (III).

El horizonte A, más próximo a la superficie, suele ser más rico en materia orgánica, mientras que el horizonte C contiene más minerales y sigue pareciéndose a la roca madre. Con el tiempo, el suelo puede llegar a sustentar una cobertura gruesa de vegetación reciclando sus recursos de forma efectiva (IV).

En esta etapa, el suelo puede contener un horizonte B, donde se almacenan los minerales lixiviados.


COMPOSICIÓN DEL SUELO

Los componentes del suelo se pueden dividir en sólidos, líquidos y gaseosos.

SÓLIDOS

Este conjunto de componentes representa lo que podría denominarse el esqueleto mineral del suelo y entre estos, componentes sólidos, del suelo destacan:

• Silicatos, tanto residuales o no completamente meteorizados, (micas, feldespatos, y fundamentalmente cuarzo).

• Como productos no plenamente formados, singularmente los minerales de arcilla, (caolinita, illita, etc.).

• Óxidos e hidróxidos de Fe (hematites, limonita, goetita) y de Al (gibsita, bohemita), liberados por el mismo procedimiento que las arcillas.

• Clastos y granos poliminerales como materiales residuales de la alteración mecánica y química incompleta de la roca originaria.

• Otros diversos compuestos minerales cuya presencia o ausencia y abundancia condicionan el tipo de suelo y su evolución.

o Carbonatos (calcita, dolomita).

o Sulfatos (aljez).

o Cloruros y nitratos.

• Sólidos de naturaleza orgánica o complejos órgano-minerales, la materia orgánica muerta existente sobre la superficie, el humus o mantillo:

o Humus joven o bruto formado por restos distinguibles de hojas, ramas y restos de animales.

o Humus elaborado formado por sustancias orgánicas resultantes de la total descomposición del humus bruto, de un color negro, con mezcla de derivados nitrogenados (amoníaco, nitratos), hidrocarburos, celulosa, etc. Según el tipo de reacción ácido-base que predomine en el suelo, éste puede ser ácido, neutro o alcalino, lo que viene determinado también por la roca madre y condiciona estrechamente las especies vegetales que pueden vivir sobre el mismo.

LÍQUIDOS

Esta fracción está formada por una disolución acuosa de las sales y los iones más comunes como Na+, K+, Ca2+, Cl-, NO3-,… así como por una amplia serie de sustancias orgánicas. La importancia de esta fase líquida en el suelo estriba en que éste es el vehículo de las sustancias químicas en el seno del sistema.

El agua en el suelo puede estar relacionada en tres formas diferentes con el esqueleto sólido.



TIPOS DE LÍQUIDO EN EL SUELO.

• La primera, está constituida por una película muy delgada, en la que la fuerza dominante que une el agua a la partícula sólida es de carácter molecular, y tan sólida que esta agua solamente puede eliminarse del suelo en hornos de alta temperatura.

Esta parte del agua no es aprovechable por el sistema radicular de las plantas.

• La segunda es retenida entre las partículas por las fuerzas capilares, las cuales, en función de la textura pueden ser mayores que la fuerza de la gravedad. Esta porción del agua no percola, pero puede ser utilizada por las plantas.

• Finalmente, el agua que excede al agua capilar, que en ocasiones puede llenar todos los espacios intersticiales en las capas superiores del suelo, con el tiempo percola y va a alimentar los acuíferos más profundos. Cuando todos los espacios intersticiales están llenos de agua, el suelo se dice saturado.

GASES

La fracción de gases está constituida fundamentalmente por los gases atmosféricos y tiene gran variabilidad en su composición, por el consumo de O2, y la producción de CO2 dióxido de carbono.
El primero siempre menos abundante que en el aire libre y el segundo más, como consecuencia del metabolismo respiratorio de los seres vivos del suelo, incluidas las raíces.

Otros gases comunes en suelos con mal drenaje son el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O).
PROPIEDADES FÍSICAS, QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS DEL SUELO

PROPIEDADES FÍSICAS

• Textura

La proporción de las tres fracciones minerales constitutivas del suelo (arena, limo y arcilla) es lo que determina la textura del mismo. Cuando más finas son las partículas componentes más fina será la textura del suelo y viceversa.

Observamos el gráfico y vemos que a medida que aumenta el tamaño de partículas la textura pasa de arcillas a arenas.


La textura es lo que mejor caracteriza el suelo desde el punto de vista físicoestructural; la permeabilidad, el grado de facilidad para realizar las labranzas, la capacidad de intercambio catiónico (fuerza de retención de elementos en la solución del suelo), la capacidad de retención hídrica y la estructura, son algunas de las características que dependen en buena medida de la textura.

Esta representa entonces uno de los elementos más importantes para las evaluaciones agropedológicas del suelo.

DETERMINACIÓN DE TEXTURA

A. a campo método del tacto. Uso del triangulo textura. Con el podemos determinar algunas clases.

De las doce clases texturales representadas en el triángulo, la textura franca es aquella que posee las propiedades medias, en cuanto a finura, retención hídrica, cohesión, etc. Es la ideal para producir.

 
TRIÁNGULO TEXTURAL



CARACTERÍSTICAS DE ALGUNAS TEXTURAS DEL SUELO

Textura Arenosa: es no cohesiva y forma sólo gránulos simples. Las partículas individuales pueden ser vistas y sentidas al tacto fácilmente.

Al apretarse en la mano en estado seco se soltará con facilidad una vez que cese la presión.

Al apretarse en estado húmedo formará un molde que se desmenuzará al palparlo.

Textura Franco arenosa: es un suelo que posee bastante arena pero que cuenta también con limo y arcilla, lo cual le otorga algo más de cohesión entre partículas.

Los granos de arena pueden ser vistos a ojo descubierto y sentidos al tacto con facilidad.

Al apretarlo en estado seco formará un molde que fácilmente caerá en pedazos, pero al apretarlo en estado húmedo el modo formado persistirá si se manipula cuidadosamente.

Textura Franca: es un suelo que tiene una mezcla relativamente uniforme, en términos cualitativos, de los tres separados texturales. Es blando o friable dando una sensación de aspereza, además es bastante suave y ligeramente plástico.

Al apretarlo en estado seco el molde mantendrá su integridad si se manipula cuidadosamente, mientras que en estado húmedo el molde puede ser manejado libremente y no se destrozará.

Textura Franco limosa: es un suelo que posee una cantidad moderada de partículas finas de arena, sólo una cantidad reducida de arcilla y más de la mitad de las partículas pertenecen al tamaño denominado limo. Al estado seco tienen apariencia aterronada, pero los terrones pueden destruirse fácilmente.

Al moler el material se siente cierta suavidad y a la vista se aprecia polvoriento. Ya sea seco o húmedo los moldes formados persistirán al manipularlos libremente, pero al apretarlo entre el pulgar y el resto de los dedos no formarán una “cinta” continua.

Textura Franco arcillosa: es un suelo de textura fina que usualmente se quiebra en terrones duros cuando éstos están secos. El suelo en estado húmedo al oprimirse entre el pulgar y el resto de los dedos formará una cinta que se quebrará fácilmente al sostener su propio peso.

El suelo húmedo es plástico y formará un molde que soportará bastante al manipuleo. Cuando se amasa en la mano no se destruye fácilmente sino que tiende a formar una masa compacta.

Textura Arcillosa: constituye un suelo de textura fina que usualmente forma terrones duros al estado seco y es muy plástico como también pegajoso al mojarse.

Cuando el suelo húmedo es oprimido entre el pulgar y los dedos restantes se forma una cinta larga y flexible.

ESTRUCTURA

El término estructura se refiere a la forma en que las partículas del suelo se agrupan o reúnen formando los agregados o “peds”.

En un perfil pueden encontrarse diferentes tipos de agregados, comúnmente éstos varían de horizonte a horizonte. El tipo de estructura condicionará el movimiento del agua, la transferencia de calor, la aireación: la porosidad y la densidad aparente.

El hombre a través de las operaciones de labranza, cultivo, drenaje y agregado de abonos puede modificar parcialmente la estructura del suelo, pero difícilmente pueda introducir cambios sustanciales en su textura.

La forma predominante de los agregados o peds en un horizonte determina su tipo estructural.

Los tipos de estructura más comunes son los que se detallan en el siguiente cuadro:


¿Por qué es importante conocer la estructura?

Porque ciertas estructuras denuncian problemas del suelo, atribuibles a su propia naturaleza o al manejo realizado. Por ejemplo:
- Una estructura laminar puede indicar un alto contenido de limo: verificar entonces su estructura.

- Asimismo, una estructura laminar es típica de un lote muy refinado que recibió -desnudo- una lluvia.

- También si la estructura es muy laminar en hojuelas algo curvadas, seguramente proviene de materiales arrastrados por agua; es decir hay erosión de tipo laminar.

- Una estructura laminar, pero en este caso formada por láminas gruesas, indica generalmente la presencia de fenómenos de compactación (por labranzas, pisoteo, etc.).

- Una estructura bien granular, de color negro, poblada de lombrices, esta indicando que el suelo hace tiempo no se ara.

- Una estructura columnar revela presencia de sodio; es decir de campo de cañada: o de riego con salitre negro.

- Una estructura masiva, sin poros ni trazas de raíces que sean capaces de atravesarlas, también da idea que el suelo pudo haber sido compactado.

COLOR

Normalmente, un suelo tiende a ser oscuro en superficie y más claro en profundidad.

Por excepción, por debajo del horizonte superficial puede aparecer otro más oscuro; ello puede deberse a que el suelo original fue tapado por un nuevo material de color más claro (una voladura por ejemplo). Hemos visto también suelos que en otro tiempo se araron hondo (más de 18-20 cm) y el suelo oscuro de la superficie fue mandado al fondo del surco.

A medida que se incrementa el contenido de carbonato de sodio, es decir tosquillas en polvo y/o muñequillas, el color tiende a aclararse. Lo mismo ocurre si abunda la sal, es decir cloruro de sodio.

Ciertos colores son indicios de anomalías en el suelo. Por ejemplo, en los campos es frecuente encontrar en superficie manchones de tierras negras que recuerda a la pintura asfáltica derramada. Se trata de un indicio claro de que hay abundancia de sodio que quema al humus, disolviéndolo; la reacción del terreno será fuertemente alcalina.

También en campos bajos, cuando la capa de agua es alta, suelen verse pústulas como cabecillas de alfiler de color rojo y otras de color violeta. Son síntomas de acceso de agua en los poros y falta de aire por lo que el hierro y el manganeso del suelo cambian de color.

PROFUNDIDAD DEL SUELO

¿POR QUÉ PERJUDICA LA ESCASA PROFUNDIDAD DEL SUELO?

- Porque disminuyen la posibilidad de acumular agua

- Por proporcionalmente menor grado de evolución de suelo poco profundo

La planta tiene distintas exigencias en cuanto a profundidad de enraizamiento; en general, las raíces largas (pivotantes), son más exigentes que las raíces en cabellera; un ejemplo sería la alfalfa comparada con el trigo.

Un valor prudente de profundidad del suelo puede ser de 1 a 1,20 metros libres de obstáculos para las raíces; por arriba de sus valores el comportamiento de las plantas sería diferente, pero por debajo, no.

Evidentemente, cualquier terreno tiene alguna limitante a cierta profundidad: roca, tosca, capa de agua pero por encima de 1,80 a 2,00 metros se considera que el suelo ya “se acabó” y estamos en pleno material “madre” u otros materiales geológicos más viejos; por ello debajo de esta profundidad no se toma en cuenta el comportamiento de las raíces, a no ser que haya una capa de agua fluctuante.

¿SIGNIFICA ESTO QUE NO SIRVEN PARA HACER AGRICULTURA?

La respuesta sería que las plantas “se acomodan” a la situación reduciendo su producción, la que por debajo de ciertos límites se convertirá en antieconómica.

Requerimiento de profundidad para pasturas cultivadas

Bases gramíneas = no menos de 30 cm
Para trigo de cosecha = no menos 50 cm
Para alfalfa = no menos de 60 cm
Para girasol = no menos de 70 cm

Dentro de la profundidad total del perfil del suelo debe asignarse particular importancia económica al espesor; si éste no pasa de 11 a 14 cm; “significa entonces que es fácil, con una labranza, llevar el subsuelo a la superficie; y que antes de decidir realizar un laboreo más hondo de lo común, hay que asegurarse que el terreno permita hacerlo”.

Pensamos que espesores menores de 10 cm son críticos para trabajarlos con arados de reja. En la siguiente figura se presenta el efecto de las labranzas en suelos de poca tierra negra (o sea capa arable). La lámina señala ciertos perjuicios de mezclar demasiado subsuelo con la capa superficial:

• Se diluye la buena fertilidad de la tierra negra al mezclarla con otra inferior.

• El suelo superficial empeora.


ESPESOR DEL HORIZONTE A

Muchas veces, si el subsuelo es muy gredoso (arcilloso), una labranza profunda podrá modificar la textura del horizonte superficial. En tierras alcalinas o con carbonato de calcio, también empeorará la fertilidad del terreno.

Excepcionalmente, cuando el suelo superficial es alcalino y el subsuelo muy calcáreo, una labranza profunda puede disminuir el problema por mezcla de ambas capas.

DENSIDAD

La densidad de un líquido o sólido es el peso de un cierto volumen; es decir:

Densidad del agua = masa del agua = aprox. 1 g/cm3

Volumen

Con los suelos se plantean dos posibilidades:

a) Incluir la tierra más sus poros (densidad “aparente”).

b) Sólo considerar el peso de los materiales del suelo (densidad “real”)

En el primer caso los valores de densidad son más bajos que en el segundo; pueden oscilar entre 0,60 y 1,80 g/cm3 para la “densidad aparente” entre 2,60 y 2,70 g/cm3 para la real.

La densidad aparente es de mucho más interés práctico que la real.

Como varía según la textura del suelo, así también varía el peso del suelo.

En la tabla siguiente se presentan valores medios de la densidad aparente para varias texturas; el rango o amplitud en que pueden fluctuar los valores y el peso de las capas arables (14 cm de espesor) en cada caso.


Se observa que las tierras más arenosas, casi médanos y que comúnmente llamamos livianas, son en realidad más pesadas. Viceversa, las más gredosas y pesadas, son las más livianas por la gran cantidad de poros que tienen.

La densidad aparente también varía con el manejo; así suelos compactados por pisoteo de animales y/o tránsito de maquinarias (carritos durante la cosecha por ejemplo), y subsuelos compactados por labranzas (pisos de arado), tendrán mayor densidad que los normales.

PROPIEDADES QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS DEL SUELO

DEFINICIÓN

• Corresponden fundamentalmente a los contenidos de diferentes sustancias importantes como macro nutrientes (N, P, Ca, Mg, K, S) y micro nutrientes (Fe, Mn, Co, B, MO, Cl) para las plantas o por dotar al suelo de diferentes características (Carbono orgánico, carbono cálcico, fe en diferentes estados).

• Son aquellas que nos permiten reconocer ciertas cualidades del suelo cuando se provocan cambios químicos o reacciones que alteran la composición y acción de los mismos. Las principales son:

1. La materia orgánica

2. La fertilidad

3. La acidez-alcalinidad

MATERIA ORGÁNICA

Son los residuos de plantas y animales descompuestos, da al suelo algunos alimentos que las plantas necesitan para su crecimiento y producción, mejora las condiciones del suelo para un buen desarrollo de los cultivos.

De la materia orgánica depende la buena constitución de los suelos un suelo de consistencia demasiada suelta (Suelo arenoso) se puede mejorar haciendo aplicaciones de materia orgánica (Compost), así mismo un suelo demasiado pesado (suelo arcilloso) se mejora haciéndolo más suave y liviano mediante aplicación de materia orgánica.

EFECTOS DE LA MATERIA ORGÁNICA

• Le da granulación a la tierra haciéndola más porosa, permeable y fácil de trabajar.

• Hace que los suelos de color claro se vuelvan oscuras y por lo tanto absorban una cantidad mayor de radiaciones solares.

• Defiende los suelos contra la erosión porque evita la dispersión de las partículas minerales, tales como limos, arcilla y arenas.

• Mejora la aireación o circulación del aire en el suelo por eso el suelo orgánico se llama “Suelo vivo”

• Ayuda al suelo a almacenar alimentos para las plantas.

HORIZONTES DEL SUELO

Se denomina horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se desarrollan en el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura, adherencia, etc.

El perfil del suelo es la ordenación vertical de todos estos horizontes.

Clásicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes fundamentales que desde la superficie hacia abajo son:

• Horizonte 0, "Capa superficial del horizonte A"

• Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza la vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del agua arrastrándola hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles.

• Horizonte B o zona de precipitación: Carece prácticamente de humus, por lo que su color es más claro, en él se depositan los materiales arrastrados desde arriba, principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos, carbonatos, etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las corazas lateríticas tropicales.

• Horizonte C o subsuelo: Está constituido por la parte más alta del material rocoso
in situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración mecánica y la química (la alteración química es casi inexistente ya que en las primeras etapas de formación de un suelo no suele existir colonización orgánica), pero en él aún puede reconocerse las características originales del mismo.

• Horizonte D u horizonte R o material rocoso: es el material rocoso subyacente que no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. Algunos distinguen entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa a la roca madre, y R, cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una base física sin una relación especial con la composición mineral del suelo que tiene encima.

Los caracteres, textura y estructura de los horizontes pueden variar ampliamente, pudiendo llegar de un horizonte A de centímetros a metros.

CLASES DE SUELO

Los suelos muestran gran variedad de aspectos, fertilidad y características químicas en función de los materiales minerales y orgánicos que lo forman.

El color es uno de los criterios más simples para calificar las variedades de suelo.

La regla general, aunque con excepciones, es que los suelos oscuros son más fértiles que los claros. La oscuridad suele ser resultado de la presencia de grandes cantidades de humus. A veces, sin embargo, los suelos oscuros o negros deben su tono a la materia mineral o a humedad excesiva; en estos casos, el color oscuro no es un indicador de fertilidad.

Los suelos rojos o castaño-rojizos suelen contener una gran proporción de óxidos de hierro (derivado de las rocas primigenias) que no han sido sometidos a humedad excesiva. Por tanto, el color rojo es, en general, un indicio de que el suelo está bien drenado, no es húmedo en exceso y es fértil.
En muchos lugares del mundo, un color rojizo puede ser debido a minerales formados en épocas recientes, no disponibles químicamente para las plantas.

Casi todos los suelos amarillos o amarillentos tienen escasa fertilidad. Deben su color a óxidos de hierro que han reaccionado con agua y son de este modo señal de un terreno mal drenado.

Los suelos grisáceos pueden tener deficiencias de hierro u oxígeno, o un exceso de sales alcalinas, como carbonato de calcio.

CLASIFICACIÓN DEL SUELO

Para denominar los diferentes tipos de suelo que podemos encontrar en el mundo, se han desarrollado diversos tipos de clasificaciones que, mediante distintos criterios, establecen diferentes tipologías de suelo. De entre estas clasificaciones, las más utilizadas son:

• Clasificación Climática o Zonal, que se ajustan o no, a las características de la zona bioclimática donde se haya desarrollado un tipo concreto de suelo, teniendo así en cuenta diversos factores como son los climáticos y los biológicos, sobre todo los referentes a la vegetación. Esta clasificación ha sido la tradicionalmente usada por la llamada Escuela Rusa.

• Clasificación Genética, en la que se tiene en cuenta la forma y condiciones en las que se ha desarrollado la génesis de un suelo, teniendo en cuenta por tanto, muchas más variables y criterios para la clasificación.

• Clasificación Analítica (conocida como Soil Taxonomy), en la que se definen unos horizontes de diagnóstico y una serie de caracteres de referencia de los mismos. Es la establecida por la Escuela Americana.

Hoy día, las clasificaciones más utilizadas se basan fundamentalmente en el perfil del suelo, condicionado por el clima. Se atiende a una doble división: zona climática y, dentro de cada zona, el grado de evolución. Dentro de ésta, se pueden referir tres principales modelos edáficos que responderían a las siguientes denominaciones:

• Podzol: es un suelo típico de climas húmedos y fríos.

• Chernozem: es un suelo característico de las regiones de climas húmedos con veranos cálidos.

• Latosol o suelo laterítico: es frecuente en regiones tropicales de climas cálidos y húmedos.

CLASES DE SUELOS

Los suelos se dividen en clases según sus características generales. La clasificación se suele basar en la morfología y la composición del suelo, con énfasis en las propiedades que se pueden ver, sentir o medir por ejemplo, la profundidad, el color, la textura, la estructura y la composición química. La mayoría de los suelos como vimos, tienen capas características, llamadas horizontes; la naturaleza, el número, el grosor y la disposición de éstas también es importante en la identificación y clasificación de los suelos.
Las propiedades de un suelo reflejan la interacción de varios procesos de formación que suceden de forma simultánea tras la acumulación del material primigenio.

Algunas sustancias se añaden al terreno y otras desaparecen. La transferencia de materia entre horizontes es muy corriente. Algunos materiales se transforman.

Todos estos procesos se producen a velocidades diversas y en direcciones diferentes, por lo que aparecen suelos con distintos tipos de horizontes o con varios aspectos dentro de un mismo tipo de horizonte.

Los suelos que comparten muchas características comunes se agrupan en series y éstas en familias. Del mismo modo, las familias se combinan en grupos, y éstos en subórdenes que se agrupan a su vez en órdenes.

Los nombres dados a los órdenes, subórdenes, grupos principales y subgrupos se basan, sobre todo, en raíces griegas y latinas. Cada nombre se elige tratando de indicar las relaciones entre una clase y las otras categorías y de hacer visibles algunas de las características de los suelos de cada grupo. Los suelos de muchos lugares del mundo se están clasificando según sus características lo cual permite elaborar mapas con su distribución.

A modo de conocimiento observemos algunos ejemplos de suelos


CIENCIAS QUE ESTUDIAN LOS SUELOS

Geología: Campo de la ciencia que se interesa por el origen del planeta Tierra, su historia, su forma, la materia que lo configura y los procesos que actúan o han actuado sobre él. Es una de las muchas materias relacionadas como ciencias de la Tierra, o geociencia, y los geólogos son científicos de la Tierra preocupados por las rocas y por los materiales derivados que forman la parte externa de la Tierra.

Para comprender estos cuerpos, se sirven de conocimientos de otros campos, por ejemplo de la física, química y biología. De esta forma, temas geológicos como la geoquímica, la geofísica, la geocronología (que usa métodos de datación) y la paleontología, ahora disciplinas importantes por derecho propio, incorporan otras ciencias, y esto permite a los geólogos comprender mejor el funcionamiento de los procesos terrestres a lo largo del tiempo.

Edafología: Ciencia que estudia las características de los suelos, su formación y su evolución (edafogénesis), sus propiedades físicas, morfológicas, químicas y mineralógicas y su distribución. También comprende el estudio de las aptitudes de los suelos para la explotación agraria o forestal. La edafología se constituye como ciencia a finales del siglo XIX, gracias a las investigaciones del geólogo ruso Dokouchaev sobre los suelos de Ucrania. Basándose en zanjas, Dokouchaev estableció y describió por primera vez perfiles de suelos caracterizados por horizontes, para llegar a la conclusión de que la naturaleza de los suelos depende de la vegetación y el clima. Estos trabajos, apoyados en una cartografía de suelos, suscitaron mucho interés y marcaron el origen de un avance muy rápido en todo el mundo.
Los suelos se desarrollan bajo la influencia del clima, la vegetación, los animales, el relieve y la roca madre. La edafología se sitúa en la encrucijada de las ciencias de la Tierra y de la vida y es fundamental para la conservación del medio ambiente natural.

Pedología: Ciencia que estudia la tierra apta para el cultivo.

Sobre terrenos relativamente estables, la formación de los suelos es continua respondiendo a patrones o modelos predecibles, no obstante muchas superficies desaparecen o reciben materiales adicionales, ambos procesos cambian el patrón de desarrollo de los perfiles, por ello el factor tiempo juega un papel muy importante.

CAUSAS DE LA DEGRADACIÓN O DESTRUCCIÓN DE LOS SUELOS

• Meteorización: consiste en la alteración que experimentan las rocas en contacto con el agua, el aire y los seres vivos

Meteorización física o mecánica: es aquella que se produce cuando, al bajar las temperaturas que se encuentran en las grietas de las rocas, se congelan con ella, aumenta su volumen y provoca la fractura de las rocas.

Meteorización química: es aquella que se produce cuando los materiales rocosos reaccionan con el agua o con las sustancias disueltas en ella.

• Erosión: consiste en el desgaste y fragmentación de los materiales de la superficie terrestre por acción del agua, el viento, etc. Los fragmentos que se desprenden reciben el nombre de detritos.

• Transporte: consiste en el traslado de los detritos de un lugar a otro.

• Sedimentación: consiste en el depósito de los materiales transportados, reciben el nombre de sedimentos, y cuando estos sedimentos se cementan originan las rocas sedimentarias.

Los suelos se pueden destruir por las lluvias. Estas van lavando el suelo, quitándole todos los nutrientes que necesita para poder ser fértil, los árboles no pueden crecer ahí y se produce una deforestación que conlleva como consecuencia la desertificación.

FERTILIDAD REQUERIMIENTOS DE LAS PLANTAS

Las plantas como cualquier ser vivo, requieren de determinados elementos que le permitan desarrollarse, mientras el equilibrio de estos factores sea mejor, mejor será el desarrollo, crecimiento y reproducción de ellas.

Los elementos principales son los siguientes:

Macroelementos:

- C (Carbono)
- Fe (Hierro)
- N (Nitrógeno)
- P (Fósforo)
- K (Potasio)
- Ca (calcio)
- Mg (Magnesio)
- S (Azufre)

Microelementos:

- B (boro)
- Zn (zinc)
- Cu (cobre)
- Mn (manganeso)
- y muchos otros en concentraciones menores.

En la naturaleza estos elementos están provistos y cubiertos en su totalidad por una serie de reacciones químicas y físicas que en su mayoría las provoca el sol, la lluvia y el terreno. Para que estos elementos se encuentren en nuestro acuario debemos proveerlos de manera artificial.

Cada uno de los nutrientes cumple sus funciones a saber:

Nitrógeno (N)

• Ayuda al desarrollo de las plantas
• Da al follaje n color verde
• Ayuda a que se introduzcan buenas cosechas
• Es el elemento químico principal para la formación de las proteínas.

Fósforo (P)

• Ayuda al buen crecimiento de las plantas
• Forma raíces fuertes y abundantes
• Contribuye a la formación y maduración de los frutos.
• Indispensable en la formación de semillas.

Potasio (K)

• Ayuda a la planta a la formación de tallos fuertes y vigorosos.
• Ayuda a la formación de azucares almidones y aceites.
• Protege a las plantas de enfermedades.
• Mejora a la calidad de las cosechas.

Calcio (Ca)

• Ayuda al crecimiento de la raíz y el tallo de la planta
• Permite que la planta tome fácilmente los alimentos del suelo.

Magnesio (Mg)

• Ayuda a la formación de aceites y grasas
• Es el elemento principal en la formación de clorofila, sin la cual la planta no puede formar azucares.

Un suelo fértil es aquel que contiene los elementos nutritivos que las plantas necesitan para su alimentación, estos alimentos los adquiere el suelo enriqueciéndolos con materia orgánica.

Un suelo pobre o carente de materia orgánica es un suelo estéril y por lo tanto es improductivo.

ACIDEZ – ALCALINIDAD

En general las sustancias pueden ser ácidas, alcalinas y neutras.

Químicamente sabemos que una sustancia es ácida porque hace cambiar a rojo el papel tornasol azul; sabemos que es alcalina o básica, porque hace cambiar a azul el papel tornasol rojo. Sabemos también que una sustancia es neutra porque no hace cambiar ninguno de los indicados.

Durante el proceso de humificación o sea de putrefacción del mantillo o materia orgánica para convertirse en humus, intervienen las bacterias y los hongos en cuyo trabajo van elaborando sustancias ácidas, por esto las tierras negras y polvorosas generalmente son ácidas, pero para contrarrestar su acidez, los agricultores aplican cal, que en contacto con el agua forman sustancias alcalinas.

En general los suelos ácidos son los menos productivos por su acidez se puede corregir haciendo encalamiento.

P.H.

La acidez del suelo mide la concentración en hidrogeniones (H+), en el suelo los hidrogeniones están en la solución, pero también existen en el complejo de cambio.

SALINIDAD DEL SUELO

Es la consecuencia de la presencia de sales en el suelo, más solubles que el yeso. Por sus propias características se encuentran tanto en la fase sólida como en la fase liquida por lo que tiene una extraordinaria movilidad.

La salinización natural del suelo es un fenómeno asociado a condiciones climáticas de aridez y a la presencia de materiales originales ricos en sales, como sucede con ciertas morgas y molasas. No obstante existe una salinidad adquirida por el riego prolongado con aguas de elevado contenido salino, en suelos de baja permeabilidad y bajo climas secos subhúmedos y más secos.

La salinidad no siempre tiene que ir asociada a un pH alcalino, sino que cuando se alcanzan valores muy ácidos se produce la solubilización de sales alumínicas que pueden generar una elevada conductividad con un riesgo añadido, la presencia de aluminio soluble en cantidades suficientes para ser tóxico para la mayoría de las plantas. Por ello cuando el pH baja de 3.5 se consideran salinos los suelos con conductividad superior a 8 dS/m, como en el caso de la alcalinidad.

La recuperación de los suelos salinos puede efectuarse por un lavado de mismo por inundación con aguas libres de sales, siempre que exista calcio suficiente en la solución para mantener floculadas las arcillas y permitir una permeabilidad aceptable.


Cuando la salinidad va acompañada de sodicidad, la alcalinización producida por el sodio favorece la dispersión de la arcilla, su movilización y la impermeabilización del suelo. Todo ello dificulta el lavado hasta que no se lleva a cabo una eliminación del sodio. El sodio abundante de la solución hace que el complejo de cambio del suelo se encuentre saturado o semi saturado por este elemento; por este motivo la primera acción a tomar es disolverlo del complejo de cambio para que pueda ser eliminado por arrastre de la solución del suelo con el agua añadida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario